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Cívica y ciencias

José Báez Guerrero
📷 José Báez Guerrero

El civismo, comportamiento propio de quien respeta los derechos de los demás y cumple sus deberes como ciudadano, es el fundamento de la asignatura que buena parte de los dominicanos de mucha edad debimos estudiar en la primaria, llamada ahora educación básica.

La idea era instruir a los niños para aprender cómo estar bien informados acerca de los valores y principios que unifican a la sociedad, en base a los cuales existen normas y leyes que establecen derechos y deberes. He citado muchas veces al maestro Hostos, que deslindaba la instrucción, ofrecida en las aulas, de la educación, enseñada en el hogar.

Basada más en el ejemplo que la prédica, la piedra angular de la educación es la moral, la noción sobre el bien y el mal para determinar las decisiones, tanto del ámbito personal más íntimo como al relacionarse con los demás, primero en casa y la escuela y luego como ciudadano.

Esta larga perogrullada me sirve de parapeto para saludar, con la cautela a que obligan las promesas de políticos profesionales, el anuncio del ministro de Educación de que será reintegrada desde agosto al currículo escolar la materia Moral y Cívica. Es una buena decisión.

Según dijo Luis Miguel Decamps ante la Cámara Americana de Comercio, “la educación moral, cívica y ética ciudadana será obligatoria (…) para cultivar convicciones, fortalecer el juicio y blindar la institucionalidad desde la infancia».

Si además logra vencer la resistencia del sindicato de maestros para una instrucción cabal de lectoescritura comprensiva y la aritmética, álgebra, geometría, física y lógica, asignaturas precursoras de las carreras universitarias STEM, quizás podremos recuperar décadas de atraso y aspirar al desarrollo, no sólo el crecimiento socioeconómicamente asimétrico.

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José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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