“No puedes encontrar la paz evitando la vida”, Virginia Woolf
En estos días escuchando a un ciudadano en conflictos familiares y de pareja, expresó el deseo de encontrar “la paz interior”, ya que entendía que sus situaciones de conflictividad evitaban conciliar el sueño, la paz y el sosiego.
Sostuvo que al no poder resolver sus conflictos con sus hermanos, se encuentra en una etapa de estrés permanente que hasta en el trabajo se distrae y que por tales motivos, les han llamado la atención, por su dejadez y desencanto de él y la vida.
Refirió el ciudadano, su preocupación a no poder conciliar el sueño con el conflicto denominado por él mismo como “interno”, lo que le está colocando en una situación de posible asistencia psicológica y posiblemente psiquiátrica.
Adujo, que la paz interior que busca es la que le permitirá solucionar sus diferencias con sus otros hermanos, pareja e hijos. Explicó que son varios frentes a la vez.
Indicó su indignación con él mismo “Parece que no tengo la voluntad propia de decirle a mis familiares como me siendo”, adujo con lágrimas en los ojos.
El ciudadano desconoce por un lado las diversas maneras de abordar sus situaciones controversiales.
El está encerrado en su propio pensamiento, pensamiento que compartió en esta oportunidad en un Centro de Mediación de Conflictos.
Fue el único lugar en donde pudo ser oído con respeto y escucha atenta. Su satisfacción era evidente. No ocultó su alegría cuando pudo desahogar sus angustias, rivalidades, desconfianza, desinterés, inquietudes y pareceres.
Resaltó que su vida dependía que alguien le escuchara hasta el final. En donde podría sin ser interrumpido, hablar lo que él entendía era su sufrimiento y salida para una paz interior.
Valoró como efectivo, lugares como los Centros de Mediación, en donde la gente puede hablar. Ser escuchado, orientado.
Entendía que para todos los conflictos no era necesario ir al destacamento, porque dijo que sus vecinos pensarían que posee problemas con la justicia. Creía que se le estaba cayendo el cielo encima por la magnitud de sus conflictos familiares.
No sabía distinguir conflictos familiares y judiciales.
En donde a mucha gente no le gusta asistir. Cuando se habla de justicia, se habla de problemas y los problemas no son buenas cosas, razonaba el ciudadano.
Por lo que me llegó a la mente algo que había escrito en Conflictos y Mediaciones hace un tiempo atrás. Plantee sobre la importancia del acceso a justicia. Sobre todo diferenciar uno sobre el otro.
El otro es el acceso a la justicia.
Se mencionan los tribunales, jueces, fiscales, secretarios, alguaciles, conciliadores, profesionales del derecho, peritos, trabajadores sociales, intérpretes judiciales, mora judicial, apelación, corte, juicio, sentencia, jurisprudencia, Constitucional, derecho comparado y otras yerbas aromáticas del sistema de justicia.
Para su solución viable pudiera ser lo que plantea Ajahn Chah, en donde indica que “Buscar la paz es como buscar una tortuga con bigote: no podrá encontrarla, pero cuando su corazón esté listo, la paz vendrá a buscarlo”.
Esa persona acudió a varios lugares en donde se habla de justicia, de solución, de búsqueda de la verdad, orientación, de ayudar al ciudadano.
Pero, a su parecer, antes de llegar a la mediación dio bastantes saltos al vacío.
Encontrarse sin respuestas cree que pudo cometer una locura. Locura que no deseaba por su bien, el de sus hijos y familia.
Verdaderamente los conflictos desbordan las emociones de las personas. Tal es así que muchas de ellas y ellos, tienden a ser asistidas por personas especializadas en conducta como la de psicología y psiquiatría.
En el transcurso de los años he comprendido que los conflictos no son buenos ni malos, son situaciones que hay que buscarles salidas alternas a los tribunales, a la violencia y lo más peligroso, a la locura.
He ahí la importancia de que los sistemas judiciales iberoamericanos abran espacios de escucha y de solución pacífica de conflictos; ya sea en instancias judiciales, municipales, policiales, gobernaciones y organizaciones de base de la sociedad civil u otras estrategias para facilitar la paz y armonía social.