Una reducción significativa de la tasa de homicidios en cinco provincias, como ha informado el Gobierno, implica la disminución de la violencia en las comunidades respectivas, un hecho que debe ser analizado.
¿Por qué se ha producido esta baja de la violencia? Si es el resultado de la aplicación de una particular política para cada caso particular, no cabe duda de que nos hallamos ante la oportunidad de replicar, así sea de manera paulatina, el estudio de las condiciones, provincia por provincia, para alcanzar resultados satisfactorios.
De acuerdo con declaraciones de la vicepresidenta Raquel Peña a la salida de una reunión de seguimiento al Plan de Seguridad Ciudadana que tuvo lugar la mañana de ayer en el Salón Club de Oficiales del cuartel general de la Policía Nacional, los resultados se verifican en áreas como homicidios, robos y persecución de microtráfico.
Las provincias en las que ha tenido lugar esta reducción, de acuerdo con lo informado, son Espaillat, Duarte, Puerto Plata, La Vega y Santiago.
La seguridad ciudadana es mucho más que la tasa de homicidios, pero no podemos ignorar que es un elemento de importancia, porque no siempre a una persona le va la vida en un desafío o lance personal.
Sin embargo, tal vez lo más importante sea preguntar a Interior y Policía, donde se supone que está la base de la planificación de la política de seguridad: la reducción de 11.7 % a un 9.5 % en la tasa de homicidios en las provincias referidas, ¿es producto de un plan o una obra de la casualidad?
Si es lo primero, no cabe duda de que las autoridades se hallan en el camino adecuado para replicar estos resultados en otros puntos del país. Si es obra de lo fortuito, es como si no tuviéramos nada.