Santo Domingo.- Con una Eucaristía presidida por Mons. Piergiorgio Bertoldi, nuncio apostólico en República Dominicana, y concelebrada por obispos y sacerdotes, fueron sepultados este jueves, en la Catedral Nuestra Señora del Rosario, los restos de monseñor Rafael Leónidas Felipe Núñez, obispo emérito de Barahona, fallecido el miércoles 10 de diciembre a los 87 años.
Durante la homilía, Mons. Andrés Napoleón Romero Cárdenas, obispo de Barahona, además de valorar el extenso trabajo pastoral de Mons. Felipe, lo definió como un pastor “santo, sencillo y cercano, un formador incansable de sacerdotes, consagrados y laicos, un misionero apasionado”.
“Vivió entre la gente, como un hermano en cada pueblo, en cada barrio, en cada comunidad que visitaba. Su presencia entre los más pobres, su afecto por los últimos y su predilección por los que la sociedad olvida fueron signos visibles de su espiritualidad”, destacó Mons. Romero Cárdenas al describir el legado sacerdotal y episcopal del prelado fallecido.
En honor a su memoria descrito por la alcaldía como una “figura pastoral de gran servicio para esta comunidad”
el Ayuntamiento de Barahona y su Consejo de Regidores emitieron un decreto mediante el cual se declararon tres días de duelo municipal, del 11 al 13 de diciembre, y se dispuso izar la bandera municipal a media asta en las instituciones públicas del municipio.
La misa exequial contó con la participación de cientos de familiares, consagrados, laicos y autoridades civiles, militares y gubernamentales de la diócesis.
Sobre Mons. Rafael Felipe Núñez
Nació el 12 de septiembre de 1938. Fue ordenado presbítero el 25 de marzo de 1965. El Papa san Juan Pablo II lo designó segundo obispo de Barahona el 7 de diciembre de 1999, recibiendo la consagración episcopal el 22 de enero del 2000. Su ministerio se caracterizó por la cercanía a los pobres, la promoción de vocaciones, la atención a los sacerdotes, el impulso a la evangelización y la defensa de la dignidad humana.
En 2015 fue nombrado obispo emérito y, en 2016, el Papa Francisco lo designó administrador apostólico de la Diócesis de San Pedro de Macorís, función que desempeñó hasta 2017.
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