La población inmigrante en general en la Gran Manzana generó 257 mil millones de dólares, es decir, la tercera parte de la actividad económica de la ciudad. La comunidad dominicana está considerada como una de las más laboriosas en NY.
Por Ramón Mercedes
Nueva York.– Cientos de taxistas que operan en los cinco condados de esta ciudad, incluyendo a varios dominicanos, fueron multados por la Comisión de Taxis y Limosinas (TLC) durante el 2014, por malhablados y emplear expresiones groseras contra los pasajeros que transportaban a sus destinos.
Expresa el TLC, una institución creada en 1971 que regula más de 50 mil taxistas y sus más de 100 mil conductores existentes en La Gran Manzana, que los pasajeros presentaron durante este año 752 quejas contra los taxistas por emplear un lenguaje soez en contra de ellos.
Por el taxista ser vulgar contra el pasajero, las leyes de TLC contemplan multas entre 350 dólares, equivalente a 15,500 pesos dominicanos, y los mil dólares, equivalentes a 44 mil pesos dominicanos, acompañado de una suspensión de la licencia que expide el organismo para poder conducir un taxis de la ciudad.
Incluso, un taxista, por ser descortés con el cliente puede ser multado con 200 dólares, equivalente a 8,800 mil pesos dominicanos, ó 300 dólares, equivalente a 13,200 pesos dominicanos.
Los clientes en Nueva York pueden presentar una queja contra un taxista de vehículo amarillo o sin medallón por tener sus asientos rotos, falta de aire acondicionado, calefacción, falta de luces, cinturones de seguridad, por el taxista usar su teléfono móvil, incluyendo un auricular de manos libres, no cambiar de volumen de la radio, no conducir con seguridad, por tener el vehículo sucio o con mal olor, incluyendo el humo del cigarrillo, el olor corporal, conducir ilegalmente, si no se visualiza una licencia o se le muestra una licencia de otra persona, entre otras cosas.
Asimismo, es contra la ley que un taxista se niegue a recoger una persona debido a su raza, discapacidad, o de destino dentro de la ciudad de Nueva York.