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Chiqui Haddad afirma el espectáculo ha perdido rigor y respeto en RD

  • Insiste en que el Estado debe retomar su rol como impulsor de la cultura dominicana. Tradición. Es lamentable desaparición de revistas musicales en los hoteles.

Chiqui Haddad ha sido responsable de una gran cantidad de producciones de espectáculos.
Chiqui Haddad ha sido responsable de una gran cantidad de producciones de espectáculos.

Santo Domingo.-Chiqui Haddad, figura esencial del espectáculo dominicano, pronto cumplirá cinco décadas de trayectoria artística.

Su nombre ha estado vinculado a algunos de los montajes más cuidados y memorables del país, y hoy se convierte en una voz crítica frente a los cambios que ha experimentado la industria.

Nacido en Mao, Valverde, Manuel de Jesús Haddad Reyes inició estudios de arquitectura, pero una audición en el Ballet Santo Domingo lo llevó a elegir definitivamente el camino del arte. Desde entonces, se ha destacado como coreógrafo, director y productor de montajes de gran impacto.

Lo más reciente
Entre sus trabajos más recordados figuran producciones como Realidad de un sueño, Para quererte, Lo prohibido, Cachita en el país de las maravillas y las revistas musicales que marcaron un antes y un después en los hoteles del país. También fue responsable de importantes espectáculos en la apertura y clausura de los Juegos Panamericanos.

A pesar de estos logros, Haddad observa con preocupación el estado actual del espectáculo en República Dominicana. Según explica, la calidad ha disminuido notablemente y el concepto de “producción” se ha reducido a propuestas básicas que no respetan los estándares profesionales.

No se hacen espectáculos
Para él, hoy se considera espectáculo a presentaciones que carecen de estructura y rigor, limitadas muchas veces a un cantante, un DJ y un par de bailarines y a eso le llaman espectáculo.

Asegura que este modelo no se corresponde con la verdadera esencia del montaje escénico.
Al comparar la situación con Puerto Rico, señala que esta continúa apostando por producciones de alto nivel, incluso en fiestas patronales, lo que evidencia la ausencia de un compromiso similar en territorio dominicano.

Su análisis también alcanza al género urbano, al que no critica por su música, sino por la falta de producción en sus conciertos. Destaca que muchos exponentes cuentan con los recursos necesarios, pero aún así no desarrollan espectáculos conceptuales o técnicamente sólidos.

Como contraste, menciona la reciente producción de Bad Bunny, un ejemplo de planificación, inversión y profesionalismo, atributos que considera imprescindibles para un buen espectáculo.

Esta situación ha generado un desequilibrio en las inversiones, ya que los patrocinadores se enfocan casi en el género urbano, obviando lo de aquí.

50 años de carrera

— Productor
Continúa activo con Dominicanísimo, además de trabajar en montajes privados y producciones en Estados Unidos. Con 50 años de carrera por celebrar, aspira a realizar una gran producción en el Teatro Nacional.

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