Los dominicanos hasta hace cuatro años tuvimos relaciones diplomáticas con la República Democrática de China (Taiwán) y solo relaciones comerciales con la República Popular China (China continental). Ningún país puede tener relaciones diplomáticas con ambos, pues China continental mantiene el predicamento de una sola China y considera a Taiwán como una provincia rebelde.

Cuando República Dominicana decidió formalizar relaciones diplomáticas con China, automáticamente dejó de reconocer como nación independiente a Taiwán y se rompieron todo tipo de relaciones con el Gobierno taiwanés.

Los dominicanos mantuvimos siempre una armoniosa relación con Taiwán y fuimos receptores de una gran cooperación en diversos campos, lo cual hace que aún hoy veamos con agrado a los chinos residentes en esa isla.

De igual manera hemos estado consolidando una relación amigable con China, cuyo gobierno se mostró bastante consecuente con República Dominicana cuando autorizó la venta de vacunas contra el Covid-19 cuando el mundo entero rogaba por tener acceso a ese medicamento.

Como se puede ver, el conflicto entre Taiwán y China involucra a dos entes merecedores de gran simpatía por parte de los dominicanos y por tanto preocupa sobremanera las tensiones militares que entre ellos se han generado.

EL DÍA mantiene su convicción de que China y Taiwán tienen un mismo origen, pero que el devenir de los tiempos ha labrado diferencias políticas tales que no hace fácil un entendimiento, pero sí se puede apostar a la convivencia pacífica que permitan dirimir sus diferencias sin el uso de la violencia.

Lo relativo al principio de una “China única” o de un Taiwán independiente no parece tener una solución a corto plazo, pero aspiramos que las tensiones se manejen en el marco de la democracia y la racionalidad.