El norte de Chile, que tiene el desierto más soleado del mundo, una costa ventosa y limitada cantidad de combustible fósil, se ha convertido en el principal mercado de energía renovable del mundo.
El gobierno de la presidenta Michelle Bachelet ha aprobado 76 proyectos solares y eólicos desde que entró en funciones el 11 de marzo.
Chile importa más del 90 por ciento de sus combustibles fósiles usados para producir electricidad.
Las compañías desarrolladoras de energía renovable buscan contratos para proporcionar electricidad a minas que operan compañías como Anglo American Plc y BHP Billiton Ltd., que consumen la tercera parte de la energía del país.
La energía renovable es ahora más barata que la electricidad que se vende en el mercado spot de Chile y, en momentos en que se estima que aumentará la demanda global de cobre, también lo hará la demanda de energía en las minas del desierto de Atacama. Para completar los proyectos solares y eólicos que se han aprobado harán falta US$7,000 millones.
“Chile es el mercado que tiene el mayor nivel de actividad del mundo”, dijo Ben Warren, jefe del equipo de renovables de Ernst Young LLP, en entrevista telefónica desde Londres.