SANTIAGO, Chile La marihuana es la sustancia ilícita más consumida por los jóvenes chilenos y pese a que su uso privado no está penalizado, la falta de una regulación que legalice el autocultivo y que establezca parámetros para el consumo personal ha desatado un debate inédito en Chile.
«Crecientemente se ha ido dando una suerte de punto de inflexión en las Américas respecto a replantearse una aproximación distinta al tema de control de drogas», afirmó a The Associated Press el senador opositor Ricardo Lagos Weber.
Recordó que el año pasado, en la Cumbre de las Américas realizada en Colombia, algunos presidentes plantearon que 40 años de lucha contra las drogas no habían dado resultados.
«El consumo ha seguido aumentando, ha habido decenas de muertos en América Latina por el tema de la lucha contra la droga, la producción ha aumentado y los que están presos hoy en día son básicamente consumidores», resumió.
Esta postura, más «las externalidades negativas que tiene la actual aproximación» y la creciente lucha de la ciudadanía por sus derechos individuales, llevó a Lagos Weber y al senador socialista Fulvio Rossi a presentar un proyecto de ley que permite el autocultivo de cannabis y al mismo tiempo pretende legalizar el transporte de dosis pequeñas de marihuana para el consumo personal.
Actualmente en Chile se sanciona la producción de cannabis sativa y otras drogas. Sin embargo, no está penalizado el consumo, aunque sí su uso en lugares públicos o en caso de que exista una concertación para el uso de la droga.
«Privadamente puedes tomar cocaína, pero si te pillan comprando o si le das a tu novio un poco, te pueden dar hasta tres años», explicó a la AP el secretario ejecutivo de la Red Chilena de Reducción de Daños, Ibán de Rementeria.
Según datos del gubernamental Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol un 4,6% de los 17,5 millones de chilenos consumen marihuana.
Los hombres consumen más que las mujeres (7,1% versus 2,1 y los jóvenes de entre 19 y 25 años concentran el grupo de mayor uso de esta droga (12,3%).
«El problema más grave que tenemos en este momento es el delito de porte», explicó De Rementeria.
Cada año 85.000 personas son detenidas por infracción a la ley de drogas «sin embargo, el delito con más denuncias en Chile, que es el robo con fuerza, tiene nada más que 17.000 detenidos», añadió.
Precisó que de esos 85.000 mil detenidos 17% es por narcotráfico, 12% es por consumo y 70% es por porte de drogas.
«Esto es un gigantesco payaseo y lo primero que hay que hacer es cambiar esta norma», sentenció.
El experto demandó que se debe precisar cuál es la cantidad considerada para uso personal, cuál sería la de pequeño tráfico y cuál la cantidad que se considera narcotráfico.
Estas y otras inquietudes se analizaron en el Primer Encuentro Internacional por la Regularización del Consumo y la Provisión de Drogas en las Américas que se realizó el jueves y viernes y contó con la participación de diversos actores de la sociedad civil, la política y el gobierno.
En el encuentro el ex presidente de Chile Ricardo Lagos (2000-2006), padre del senador Lagos Weber, presentó el Informe de la Comisión Global de Drogas.
Afirmó que el problema de la droga es un tema globalizado y «el legalizar en un país y en el país del lado no, es complejo y difícil, por eso debe ser un tema colectivo».
El informe coincide con el documento denominado «El problema de las drogas en las Américas» elaborado por la Organización de los Estados Americanos en el que el organismo planteó que «la despenalización del consumo de drogas debe ser considerada en la base de cualquier estrategia de salud pública» y recomendó crear tribunales de drogas.
Lagos Weber celebró que el debate se haya tornado serio y no se «banalice» como históricamente sucedió.
El tema llegó incluso al gobierno luego de que el ministro de Salud Jaime Mañalich se mostró a favor de despenalizar la marihuana.
Si bien los defensores de una nueva legislación son los que más se oyen, también se han alzado voces disidentes que advierten que el país no está preparado por carecer de «autocontrol».
Incluso el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas aseguró que si se le da a la marihuana el mismo estatus del alcohol «se nos dispararán las tasas de consumo en niños y adolescentes».
El servicio no respondió a los llamados de The Associated Press para obtener una entrevista con sus representantes.
Con todo, para De Rementeria más que plantear si Chile tiene la madurez social o política para avanzar en el autocultivo y el consumo «hay que entender que hoy tenemos una necesidad de mejor atender a las personas que usan drogas, de mejor prevenir que las personas que usan drogas no entren en consumos problemáticos y de no distraer gigantescos recursos policiales, judiciales y penitenciarios».
Añadió que el nivel del debate actual cumple con las expectativas pese a los estereotipos.
