Santo Domingo.- La dominicana María Marte, que pasó de fregar los platos en el Club Allard, en Madrid, a convertirse en la chef de ese restaurante en 2013, denuncia el machismo que aún impera en la alta cocina y las dificultades que tienen las mujeres para compaginar su vida familiar con este trabajo.
Marte, de 40 años, quien regresó el año pasado a la República Dominicana después de llevar casi 16 años fuera de su país y de dejar los fogones del Club Allard, que logró dos estrellas Michelín cuando ella estaba al frente de su cocina, aseguró en una entrevista con Efe que el “rol de la mujer en la alta cocina es una pena, porque todo es cuestión de machismo».
“Una mujer con estrellas Michelín vive para el restaurante, se tiene que olvidar de marido, de hijos, de casa y de todo. Ahí es dónde está el problema, no hay un hombre que no haya aprendido a cocinar de una mujer, y sin embargo ellos son los que triunfan en la alta cocina. ¿Por qué?. Por la misma situación de que el hombre es de la calle y la mujer es de la casa, que yo crecí escuchando eso y, a día de hoy, todavía”, añadió.
Marte, cocinera autodidacta y que tiene ahora en su país una empresa con la que realiza eventos privados, recordó que hoy se ríe de situaciones como las que llegó a vivir en el Club Allard, en el que a ella, vestida con la chaqueta de cocinera, le llegaran a preguntar qué dónde estaba el chef y al responder que era ella, le dijeran- “No, es imposible que usted haga esto».
“Yo he vivido eso. He vivido situaciones muy complejas por ser mujer”, afirmó, y aseguró que “hay muchos hombres que no se creen que tú por ser mujer puedas llevar un restaurante de alta gastronomía, y eso es una pena».
En opinión de Marte, a los cocineros se les cuestiona menos “que a nosotras, yo lo viví en carne propia. A nosotras se nos cuestiona muchísimo, se nos mira con lupa o se nos mira por encima del hombro. Es como si se nos diera más seguimiento, como que todavía no se nos cree capaz de llegar a ser igual o más grandes que ellos”, agregó.
María Marte, premio nacional de Gastronomía a la Mejor Jefe de Cocina en 2014 que concede la Real Academia de Gastronomía de España, ganó en 2017 junto a Luisa Orlando, directora general del Club Allard, el premio internacional Eckart Witzigmann (ECKART), en la categoría de innovación.
La chef dominicana ha destinado la mayor parte de la dotación del premio ECKART, de 50.000 euros, para becas de un año a tres mujeres de escasos recursos de la Escuela Serranía, de Jarabacoa, en el Club Allard, donde ella comenzó a trabajar en 2003.
Marte explicó que este premio tiene como objetivo que las chicas, que llevan ya unos meses en Madrid, “vengan con un título debajo del brazo, que es lo que yo nunca tuve, y que a ellas la vida no se les haga tan difícil” como se le hizo a ella por no tener un diploma.
“Con un título te respetan más, y yo lo que quiero es que ellas no pasen por lo que yo pasé”, agregó.
Otro motivo de orgullo para María Marte es haber logrado cambiar con su ejemplo la percepción de la mujer dominicana en España y en Europa.
“Ya sabéis que hace un tiempo se hablaba muy mal de la mujer dominicana en España y Europa, y gracias a Dios, logré cambiar esos titulares de periódico por algo bonito, que se hablara de la cocinera feliz”, afirmó, y añadió que para ella es muy emocionante que se hablara de otra manera de la mujer dominicana y se dijera que “era trabajadora, humilde y risueña».
Aunque para María Marte es una pena que todavía haya muchísimas niñas en su país que con 12, 13 y 14 años se queden embarazadas, ahora hay muchas más mujeres que quieren estudiar y ser profesionales.
“Hay una inmensa mayoría de mujeres que quieren una carrera y eso en mis tiempos casi no se escuchaba; en mis tiempos era yo me quiero casar, quiero tener mi marido y quiero tener mis hijos”, subrayó. Pero hoy en día la mujer dominicana “se quiere preparar para un futuro mejor”, afirmó.
Para María Marte “a una niña o a una adolescente lo hay que transmitirle es la igualdad desde su hogar. Yo creo que todo empieza por el hogar».
Según Marte, el camino es todavía largo y a las mujeres aún se les mira por encima del hombro y todavía se cree que las mujeres no pueden ocupar puestos de responsabilidad en una gran financiera o en una gran multinacional como lo ocupa un hombre.
“Es una pena que a día de hoy las mujeres ganemos menos que los hombres. ¿Por qué? No hay derecho”, se lamentó.
El reto que tiene ahora María Marte, que lo que más admira en un cocinero es la pasión con la que trata el producto, la delicadeza con la que hace las cosas y la dedicación que le pone a este oficio, es el de crear un menú de 16 tiempos, pero todo en base a productos dominicanos, así como rescatar algunas plantas de su país que se están perdiendo, como la guáyiga.
“Este oficio es pasión. Es pasión por lo que hacemos, los alimentos hablan y un chef refleja a través de sus creaciones lo que siente”, concluyó.