Buenos aires, argentina.-Ni Pablo Prigioni, ni Facu Campazzo, ni Gaby Deck verán acción estos días en el Mundial de Baloncesto FIBA que se celebra desde el 25 de agosto en Filipinas, Japón e Indonesia.
La albiceleste es una de las grandes ausentes en este torneo, después de su fracaso en las eliminatorias concluidas en febrero pasado.
Sin embargo, el acento argentino no deja de sonar en la gran cita universal del baloncesto -junto con los Juegos Olímpicos-.
En este caso, los responsables son dos entrenadores, Néstor -Che- García y Fernando Duró, que dirigen los banquillos de República Dominicana y Venezuela, respectivamente.
Veteranos de las canchas (58 años el de Bahía Blanca y 62 el de Buenos Aires), trotamundos del deporte y un prestigio fuera de toda duda- García hizo campeona del FIBA Américas a Venezuela en 2015 y la clasificó para los Juegos de Río 2016; Duró integró el cuerpo técnico de Rubén Magnano en los dos mayores éxitos de la ‘generación dorada’, el oro de Atenas 2004 y la plata de Indianápolis 2002. Mundial 2023.
Ahora afrontan la fase de grupos del Mundial de Baloncesto con una suerte muy dispar. García puede redondear así una fantástica actuación, con República Dominicana acumulando 4 puntos, producto de dos victorias, guiadas por el NBA Karl Anthony Towns y el novel armador Andrés Féliz en el Grupo A, y está a un paso de pasar de ronda.
Por el contrario, Venezuela ha encajado dos derrotas en otros tantos partidos.
Precaria
— Pocas opciones
Las opciones de Venezuela rozan el milagro: debería ganar a Georgia en la última fecha y apostar a un triple empate con los africanos, cuya derrota ante los balcánicos es casi segura.