César Peralta "El Abusador", modelo de los intermediarios en el tráfico de cocaína

César Peralta «El Abusador», modelo de los intermediarios en el tráfico de cocaína

César Peralta «El Abusador», modelo de los intermediarios en el tráfico de cocaína

El narcotraficante César Emilio Peralta (César El Abusador), preso en Puerto Rico.

POR: ANASTASIA AUSTIN Y DOUWE DEN HELD (InSight Crime)

SANTO DOMINGO.- En la víspera de Navidad de 2018, Kuora Club, uno de los clubes nocturnos más populares de Santo Domingo, estaba a reventar. Unas 700 personas habían concurrido para toda una noche de fiesta, y Arcángel, la estrella del reguetón, estaba a cargo del espectáculo principal de la noche.

Estos días de gloria no durarían mucho. Aquella sería una de las últimas fiestas del lugar.

El propietario era César Emilio Peralta, alias “El Abusador”, quien supuestamente fuera uno de los narcos más poderosos de República Dominicana. Era dueño o administrador de al menos otros cuatro clubes nocturnos en Santo Domingo, entre otra veintena de negocios.

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Por la pista de baile del Kuora había pasado la crema y nata de la sociedad dominicana durante años. Ángel, antiguo empleado del club, relató a InSight Crime que, en una noche, podía verse a políticos hombro a hombro con deportistas, estrellas de la farándula y narcotraficantes.

Los clubes nocturnos de Peralta, entre ellos uno denominado Flow, eran conocidos por su extravagancia. El dueño del local recuerda con regocijo que, en su mejor momento, una mesa en el Flow costaba unos 10.000 pesos dominicanos (US$185), y una botella de licor se conseguía por cinco veces el precio de venta en la tienda de la esquina.

“El estacionamiento se llenaba de coches deportivos de lujo”, relata el dueño.

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Esos días quedaron en el pasado. Un vigilante solitario, pagado por las autoridades dominicanas, es lo que se ve en lugar de los despampanantes autos a las afueras del Kuora. Otro de los clubes de Peralta es ahora un edificio de oficinas, y un tercero quedó abandonado totalmente; sus anuncios de ‘Se vende’ se decoloran bajo el sol inclemente.

Por las rendijas de las tablas que bloquean la entrada del Kaprich, otro club que fuera propiedad del capo, pueden verse tuberías colgando del techo y trozos de aislante desparramados por el suelo.

Peralta fue por varios años el máximo capo del hampa dominicana, pero, para mediados de 2019, la marea se volvió en su contra. Todos sus negocios fueron cerrados de manera permanente después de que lo identificaran formalmente como un narcotraficante extranjero de importancia, según la Ley de Capos de Estados Unidos.

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Fue detenido en Colombia en diciembre de 2019 y extraditado a Puerto Rico en diciembre de 2021, y allí permanece en espera de su juicio por cargos relacionados con drogas.
Redes de tráfico de cocaína en República Dominicana

Las circunstancias precisas que rodean la incursión de César Peralta en el tráfico de drogas no están del todo claras. Se cree que comenzó a traficar narcóticos en los noventa y no tardó en unirse a la red de Rolando Florián Féliz.

A principios de los noventa, los traficantes colombianos comenzaron a usar a República Dominicana como escala ideal en la ruta hacia Estados Unidos y para ello necesitaban contactos con conocimiento local y recursos para recibir los cargamentos, almacenarlos y posteriormente enviarlos a su destino final. Florián Féliz cumplía esta tarea para el entonces poderoso Cartel de Cali y transportaba cargamentos de cocaína a través de la isla. Así fue como se convirtió en uno de los primero capos dominicanos.

Si bien Florián Féliz terminaría en prisión en 1996 y posteriormente moriría asesinado en su encierro, fue la inspiración de una generación de traficantes dominicanos. Los narcos de la isla se fueron sofisticando, negociando sus transacciones con drogas con los traficantes colombianos y vendiendo cargamentos a clientes estadounidenses y europeos.

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Un traficante destacado en esta nueva generación, y a quien Peralta eligió para que trabajara a su lado, fue Quirino Paulino Castillo, capitán del Ejército y emprendedor con docenas de estaciones de combustible y otros negocios.

A lo largo de su prolífica carrera, Paulino Castillo traficó con éxito numerosas toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y colaboró con un sinnúmero de otros traficantes importantes antes de su captura en 2004. Peralta ganó importancia en las filas de la organización de Paulino Castillo, y probablemente aprendió lo suficiente para llenar el vacío dejado por los miembros del equipo de alta gerencia de Castillo cuando estos fueron aprehendidos por las autoridades.

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Para 2015, Peralta había alcanzado una posición sólida como uno de los principales narcotraficantes de República Dominicana y de todo el Caribe. Al momento de su captura, se asumía que movía unas 25 toneladas de cocaína al año, además de otras actividades ilícitas como lavado de dinero y trata de mujeres colombianas. Esas cantidades llevaron a las autoridades federales estadounidenses a compararlo con el denostado capo mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”.

El éxito de Peralta se resumía en tres principios: la colaboración con otros grupos criminales de la isla, la cooperación con el crimen organizado transnacional y la apariencia de tener un negocio legítimo.

 *Este artículo es el segundo de una investigación en tres entregas que analiza cómo la República Dominicana se convirtió en el lugar donde confluyen el tráfico transnacional de cocaína entre Norteamérica, Suramérica y Europa, y donde participan narcos locales, traficantes internacionales y políticos corruptos. Lea la investigación completa.

 



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