SANTO DOMINGO.- Los “cerdos en puya”, es decir horneados en leñas de distintas comunidades y luego comercializados en las calles de la Capital, representan una auténtica y vieja tradición que indica que es Navidad.
Desde finales de noviembre, vendedores de la exquisita carne se apuestan en intersecciones de la ciudad para ofrecer al público sus “combos de cerdo con yuca, guineítos y cazabes”, en señal de que es víspera de Nochebuena y Año Nuevo, y hay que ambientar el paladar previo a esas festividades.
A pesar de la pandemia y la peste porcina que recién afectó e implicó el sacrificio de una buena parte de esos animales domésticos, lechoneras siguen apostando a que sus negocios prosperen.
Aunque las ventas están aún lentas, y los precios se han disparado un poco la gente no deja de optar por darse ese “gustico” de comerse sus cerditos bien sazonados en base a orégano, naranja agria y sal, combinado con un toque de “wasacaca”, hecho en base a ajíes picantes, orégano, ajo, ajíes, vinagre o agrio natural que le da un toque criollo a la referida carne.
Algunas personas se niegan a consumirlo por temor a contagiarse del virus, y también por la exposición al aire libre a que están sometidas esas comidas, pero la mayoría obvia el riesgo y consume la carne, preferida por una gran mayoría. El precio de la libra de cerdo varía entre RD$350.00 y 400.00 pesos dependiendo del lugar.
La referida carne es una fuente de proteínas de calidad, rica en aminoácidos esenciales, hierro y zinc, entre otros minerales, así como de vitaminas del grupo B, especialmente tiamina y B12.