En el último decenio y medio, los países de América Latina y el Caribe han avanzado gracias a la adopción de políticas y programas que permiten enfrentar el doble desafío de la inclusión social y laboral de la población.
Montevideo.- En América Latina siete de cada diez hogares no alcanzan “mínimos simultáneos” de inclusión social y laboral, informó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) a través de un comunicado.
Estos datos forman parte de las conclusiones del estudio “Brechas, ejes y desafíos en el vínculo entre lo social y lo productivo”, que la Cepal presentará el jueves en Montevideo en el marco de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social.
“En el último decenio y medio, los países de América Latina y el Caribe han avanzado gracias a la adopción de políticas y programas que permiten enfrentar el doble desafío de la inclusión social y laboral de la población, pero estos progresos son insuficientes para alcanzar el desarrollo con igualdad y sostenibilidad”, subraya el comunicado.
En este sentido, el escrito afirma que, para el período 2002-2015, menos de tres de cada 10 hogares de América Latina se encuentran “en una situación de niveles mínimos de doble inclusión”, esto significa que logran satisfacer la inclusión social y laboral al mismo tiempo.
Para definir la inclusión social se considera el acceso universal a la educación, la salud, la protección social y la infraestructura básica (energía, agua potable y saneamiento) mientras que para la inclusión laboral se toma en cuenta el trabajo decente, de calidad, remunerado en condiciones dignas, con acceso a derechos y protección social.
En concreto, la Cepal asegura que, como promedio simple de los países de la región, el porcentaje de hogares con niveles mínimos de inclusión aumentó del 20,4 % en 2002 al 29,2 % en 2014 y bajó a 28,6 % en 2015, mientras que los hogares en doble exclusión bajó del 44,1 % en 2002 al 33 % en 2014 y subió a 33,3 % en 2015.
Según el organismo internacional, las barreras para llegar a la doble inclusión se relacionan con desigualdades socioeconómicas, de género, étnico-raciales, territoriales y de edad y también subraya que la doble inclusión “es una realidad aún lejana” para gran parte de la población rural.
“Esto se debe tanto a la falta de acceso a infraestructura básica y a los bajos niveles educativos, como a la desprotección en el trabajo”, agregó el informe con respecto a la población rural.
Por otra parte, señaló que el mundo del trabajo “está siendo impactado dramáticamente” por los cambios tecnológicos y la complejidad de las cadenas globales de valor, por lo que es fundamental la adaptación por parte de gobiernos, sector privado y sindicatos.
Finalmente, la Cepal analizó la dimensión social de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 y consideró que “tienen claras implicancias” para el desarrollo social de latinoamérica y para lograrlos es necesario evitar que se mantenga o incrementen los altos niveles de desigualdad.
“Lograr los objetivos de una agenda centrada en la igualdad, en un horizonte de tiempo como el que establece la Agenda 2030, exige un cambio del estilo de desarrollo predominante y la implementación de políticas económicas, industriales, sociales y ambientales que deben alinearse con un cambio estructural progresivo”, concluyó el comunicado.