Centros de Puerto Príncipe aplican primeras vacunas a ritmo lento y constante

Centros de Puerto Príncipe aplican primeras vacunas a ritmo lento y constante

Centros de Puerto Príncipe aplican primeras vacunas a ritmo lento y constante

Expertos dicen que la espera es innecesaria.

Puerto Príncipe.- El personal del Hospital Universitario del País, en Puerto Príncipe, vacunaba este sábado a un ritmo lento pero constante contra la covid-19, en la que ha sido la segunda jornada de inmunización en el país, tras la llegada del primer lote de 500.000 dosis del compuesto.

La enfermera Marisse Joseph, que participa en el plan de vacunación que se lleva a cabo en ese centro de Delmas 33, explicó a Efe que ayer, durante el primer día de vacunación, inocularon a 49 personas y la afluencia de público está siendo similar este sábado por la mañana.

La mayoría de los que se están acercando al punto de vacunación son personas mayores o personal sanitario, los grupos señalados como prioritarios por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), pero también van algunos jóvenes.

Sobreponerse al temor de la vacuna 

Al preguntar a la enfermera si algunas personas tienen miedo de recibir la vacuna su respuesta es «¡oh, sí!”, pero se sobreponen por responsabilidad, “la gente lo ha hecho, les hemos aconsejado” que se inmunicen, apuntó Joseph.

En el tiempo que Efe estuvo en las instalaciones, el ambiente fue muy tranquilo y todas la personas que recibieron el pinchazo se mostraron satisfechas.

“Está bien, no duele, no hay problema”, dijo un hombre recién vacunado que no se identificó. Muy motivada se mostró una mujer llamada Nicole, que incluso inmortalizó el momento en el que recibía su primera dosis del compuesto grabando un vídeo con su teléfono celular.

Por su parte, Galiano Córdoba, ciudadano de Perú que lleva nueve años residiendo en el país, señaló a Efe que ya estaba pensando en viajar a la vecina República Dominicana para vacunarse.

Hoy fue el primero en llegar al punto de vacunación con el propósito de “prevenir el virus». Al llegar “no había nadie más, era el primero”, dijo, y explicó que entre los haitianos, debido a una cuestión cultural, hay un miedo generalizado a vacunarse.

“Los que se atreven son pocos”, apuntó, aunque señaló que el ambiente era apacible y ordenado.

Aún más tranquilo era la atmósfera en el Hospital Saint Damien, donde la auxiliar Marie Michel Pyram explicó a Efe que habían recibido a una veintena de personas en las dos primeras horas de funcionamiento de este centro de inmunización, ubicado en el barrio de Tabarre.

Por fin hay vacunas 

Haití era uno de los pocos países del mundo que no había comenzado la vacunación contra el coronavirus hasta este viernes, dos días después de la llegada del lote de medio millón de vacunas de Moderna, donadas por Estados Unidos a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el reparto equitativo de las vacunas en países de escasos recursos.

Las dosis llegan en un momento en el que los contagios y muertes por la covid-19 han experimentado un importante incremento- desde el inicio de la pandemia, Haití acumula 19.374 casos confirmados y 487 decesos, casi la mitad de ellos registrados desde el pasado mayo, según cifras oficiales.

Además, la OPS ha entregado en Haití, en las últimas semanas, equipos de protección personal, ha ayudado a ampliar la atención a los pacientes de covid-19 y ha proporcionado miles de pruebas y material de laboratorio para reforzar la vigilancia epidemiológica.

Inmunizar a un país en crisis 

El plan de inmunización en el país va a suponer un gran reto en lo referente a la logística, dado el contexto de crisis que vive el país tras el asesinato, la semana pasada, del presidente Jovenel Moise.

El magnicidio viene a agravar unas situación ya de por sí complicada, especialmente en el sur de Puerto Príncipe donde desde principios de junio ha arreciado la violencia de pandillas armadas que pugnan por el control territorial, lo que ha obligado a miles de personas a huir de sus hogares.

El fuego cruzado entre las bandas complica el transporte diario de vacunas de forma segura, y a eso se suma la ausencia de un sistema eléctrico fiable, que dificulta mantener refrigeradas un gran número de dosis.

Por este motivo, Unicef ha decidido instalar en el país más de 900 neveras solares que mantienen las vacunas a la temperatura adecuada.



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