José Báez Guerrero
La compra de Cemex Dominicana por la guatemalteca Cementos Progreso reportada por US$950 millones es una excelente noticia que resalta el clima de inversión y la confianza en el futuro del país.
Progreso es más antigua que la multinacional mexicana que llegó aquí hace más de tres décadas tras comprar Cementos Nacionales, la fábrica de Gulf & Western.
El nuevo comprador llega financiado por excelentes socios estratégicos, dos fondos de inversión de los grupos Popular y Universal, además de Citibank.
En Guatemala hay negocios de empresarios dominicanos y funcionarios actuales, que controlan el mayor suministro local de cenizas de carbón, insumo muy apreciado por los fabricantes de cemento. Igualmente hay inversiones guatemaltecas en varios negocios locales, como la antigua Molinos Dominicanos que produce harina de trigo.
La calidad de los participantes conocidos en la transacción es una garantía de que habrá transparencia, divulgando más detalles, como el monto de la ganancia de capital para evitar reclamos o litigios con la DGII, que hacen recordar casos como la compra de Codetel por Claro.
Con un mercado tan competido, que incluye al vecino Haití, conviene que las demás cementeras sepan que habrá igualdad de condiciones impositivas y regulatorias.
