Cuando Celso Marranzini alude a la varita mágica de Merlín, la cual desafortunadamente no tiene, le está diciendo al mundo que el problema eléctrico dominicano va a tener que esperar un largo rato antes de ver asomos de solución.
Como suele suceder, Celso tiene gente que le quiere y le respeta, pero también gente que no le quiere y se frota las manos sólo de pensar que él puede fracasar en su intento por convertir a la CDEEE en una entidad eficiente y confiable.
Merlín, sin duda el más famoso mago de la Historia, todo lo resolvía a base de unos ligeros toquecitos con su famosa vara, unos cuantos abracadabra y un puñado de polvos esparcidos alrededor del sujeto que se deseaba encantar o desencantar.
Celso, en cambio, tendrá que fajarse a mano pelá, y si Merlín se apoyaba en fuerzas sobrenaturales para hacer sus hazañas, Celso dependerá en gran medida del respaldo y los aportes económicos que quiera darle un señor llamado Leonel Fernández.
Muchos piensan que Leonel le hizo una maldad a Celso dándole esa papa caliente y que Celso cayó en un gancho. Pero éste aceptó el reto y sus evidentes buenas intenciones merecen el respaldo del público.
Aunque ya pidió que le den tiempo para estudiar el panorama antes de empezar a tomar medidas en la CDEEE, hay una área que no requiere mucho análisis para dar una primera señal de austeridad: la nómina.
Dicen por ahí que pasan de cien los comunicadores que cobran sueldos espléndidos por hacer el trabajo que cinco personas podrían desempeñar.
También se afirma que hay tres o cuatro asesores que no hacen nada, aparte de cobrar decenas de miles en dólares religiosamente cada mes
Para empezar por ahí, no se necesita la varita de Merlín