Los celos son un fenómeno universal propio de la especie humana. La forma de vivir los celos va a depender de las estructuras de la personalidad de cada individuo.
La persona celosa siente miedo y lo manifiesta cuando teme perder su posesión. Freud (médico neurólogo australiano y precursor del psicoanálisis), habló de 4 tipos de celos: normales (normales son los que se sienten por perder el objeto amado y también provienen de la hostilidad entre los rivales), proyectados (se atribuyen al otro los deseos reprimidos en uno mismo), los delirantes (neurótico) y los celos edípicos (basados en la rivalidad con el padre por la posesión de la madre).
Cualquier persona en una situación o momento determinado y ocasional, puede sentir celos, más, si se hace frecuente, hay que poner atención y conversarlo. Existen situaciones de celos entre padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, colegas, parejas.
Con respecto a los celos amorosos en la relación de pareja, es una emoción que surge cuando se percibe una amenaza de pérdida de alguien que considera propio y exclusivo.
La celopatía se refiere a celos llevados al extremo producido por el miedo a la pérdida real o no o a la amenaza que siente una persona con respecto al ser amado.
Algunas de las actitudes de esta persona celosa enfermiza: empieza a controlar todos tus movimientos, revisa tu móvil, cela con tus compañeros de trabajo, te cela con amigos y familiares, se queja de que estás poco tiempo con ella, critica tus actitudes, desconfía de todo y todos.