Si bien se menciona el asunto de las Relaciones Exteriores, en la primera Constitución dominicana del 6 de noviembre de 1844, no se crea en ese momento una Secretaría de Relaciones Exteriores.
Es en la Constitución proclamada el 4 de abril de 1874, en el articulo 64, “De los secretarios de Estado” numeral 1, que se establece la figura del secretario de Relaciones Exteriores, y con ello, la Secretaría.
Hoy el Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX), está regido por la Constitución, donde desde la reforma del 26 enero 2010, se le comenzó a llamar ministerios a las Secretarías de Estado, por la Ley 630-16 del 28 de julio de 2016 y su reglamento 142-17 del 28 de abril de 2017.
Celebro estos 147 años, porque las Relaciones Exteriores son parte importante del Gobierno del presidente Luis Abinader, que tiene al frente del MIREX al ministro de Relaciones Exteriores Roberto Álvarez.
Hay que celebrar estos 147 años porque en toda su historia, nunca ha estado más cerca de recibir las reformas internas, o sea, en Cancillería, y el el Servicio Exterior, que siempre se ha demandado para convertirse en ese aliado que necesita el Estado para proyectar su Interés Nacional al mundo y para establecer lazos de amistad con todos los pueblos del planeta.
El canciller Roberto Álvarez tiene la voluntad y los conocimientos para producir la transformación, pero sobre todo tiene el apoyo del Presidente. Se espera que por fin las misiones diplomáticas cumplan con lo establecido en el articulo 3 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, pero que además tengan el personal adecuado en cantidad y calidad, o sea profesionalizado y con un numero prudente.
Designar al embajador José Blanco ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) en New York, envía un claro mensaje de que el canciller recomendará los mejores perfiles para que representen a la República Dominicana en las Organizaciones Internacionales.
Celebro e invito al pueblo dominicano a celebrar, esperando que cuando estemos conmemorando los 150 años, en 2024, podamos exclamar con orgullo que lo hemos logrado.
*Por Luis González