En una hora y media Cecilia García logra, de manera brillante, contar los amores, pasiones, deslices y errores que cometió a lo largo de su vida Alma Mahler, una mujer de quien se escribieron muchas historias por sus múltiples amores, pero ella decide contar su propia versión a un periodista en California.
En una actuación en la que muestra las condiciones de la gran actriz que es, Cecilia logra mantener al público centrado en su monologo, que arrancó risas y silencio prolongado por lo profundo de las revelaciones amorosas de Alma Mahler.
Cecilia desnuda por completo el alma de la novia del viento, en una narrativa que juega con la picardía, el misterio y hasta un poco del doble sentido, dejando algunos secretos a la imaginación. Con total franqueza, virtud de la que siempre hizo gala, Alma relata las dificultades que tenían las jóvenes de su tiempo para conseguir una educación formal.
La obra
Alma Mahler es una influyente compositora austríaca, quien, por petición de su esposo, el gran músico y director de orquesta, Gustav Mahler, decide no dedicarse a su propia creación musical, para atenderlo a él por completo.
A partir de ese momento, vive una intensa vida, rodeada de los más grandes genios de las bellas artes, amores tortuosos e intensos, grandes desafíos, momentos muy tristes; aun así, mantiene durante toda su vida la firmeza y determinación de una gran mujer adelantada a su tiempo, convirtiéndose en la gran musa de los hombres que la aman, a pesar de no proponérselo.
La apasionada historia que García va narrando a un periodista, fue escrita por Herbert Morote para ella, hace aproximadamente dos años. Anteriormente, la actriz había hecho un personaje principal en la obra del mismo autor “Olivia y Eugenio”.
Alma Mahler, la novia del viento, subió a escena bajo la producción de Primera Memoria Producciones, responsabilidad de Beatriz Henríquez. Como actor invitado estuvo Mario Arturo, quien trabajó junto a Cecilia en “Al final del arcoiris”.
Responsables
— Producción
El vestuario es responsabilidad de Leonel Lirio; escenografía de José Miura y Mónica De Moya, la banda sonora de la obra de Dante Cucurulo, la fotografía de Karoline Becker, y el maquillaje José Navarro.
*Por CARMEN LUZ BEATO