Casi medio siglo

Casi medio siglo

Casi medio siglo

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

¿Quién no siente cierto pánico cuando pasa balance al almanaque y se da cuenta que el medio siglo se acerca?. Todos, de una manera u otra, experimentamos sentimientos encontrados cuando se acerca el día de restar años a la vida, sumarles experiencias a la mente, vivencias al alma y cansancio al cuerpo.

Nos tomamos muy a pecho los números, sin dar gracias por la oportunidad de estar y estar rodeados de personas que amamos y queremos.

Como cantó tantas veces el cantautor argentino Alberto Cortez: “Gracias a la vida , que me ha dado tanto”… yo vivo en gratitud indiscriminada con Dios por darme la oportunidad, a días para cumplir mis 49, de seguir sumando alegría a mis años, concediéndome la primera y principal petición que le hiciera, y sigo haciendo en mis plegarias, después de la muerte de mi esposo Oliver Méndez: “Permíteme estar para mis hijos, dame las fuerzas para ayudarlos a ser buenas personas y mejores profesionales, ayúdame a mantenerme en pie para que ellos puedan sostenerse en mi y no carguen con la tristeza eterna de la perdida de su padre. Guía mis pasos”.

Cumplir es vivir y hacerlo con consciencia es saber saborear lo vivido, como el buen vino. Y en este casi medio siglo de mi vida, “confieso que he vivido”. Y lo he hecho como he podido, como he querido y como las circunstancias me lo han permitido, siempre con actitud agradecida.

Si paso balance puedo contar algunos arrepentimientos, como todos, que no lamento porque me han fortalecido y empujado a ser mejor mujer y hacer mejor las cosas. Las alegrías, incontables. Los amigos, de todos tipos: entrañables, eternos, superficiales, pasajeros, coyunturales, cada uno ha dejado su marca y aprendizaje. La familia, con sus altas y bajas, algunos cercas, otros a la distancia, pero siempre con la certeza de que están y son parte de mi ecosistema. Mi norte, mis hijos, #loscarajosdemivida, a ellos le debo la alegría y emoción de ser madre, por ellos todo sacrificio es posible.

Muchas cosas pudiera contar de mis casi cincuenta años, pero en estas cortas líneas, prefiero recordarles que al cumplir años debemos centrarnos en ser agradecidos, sin importar que no nos creamos bendecidos, tengamos la seguridad que las alegrías vienen de la certeza de sabernos “los hijos mimados del creador”.

No sé ustedes, pero yo si lo soy. Y ese pensamiento es muy poderoso.



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