Casa Pinardi, una mano amiga para los jóvenes en condición de riesgo

Casa Pinardi, una mano amiga para los jóvenes en condición de riesgo

Casa Pinardi, una mano amiga para los jóvenes en condición de riesgo

En el centro de acogida los jóvenes reciben asistencia escolar para luego ser inscritos en un centro educativo. Foto: Elieser tapia

SANTO DOMINGO.-  Con apenas 8 años de edad, Richard decidió abandonar su casa lanzándose a las calles, forzado por la extrema pobreza en la que convivía junto a dos hermanos y su abuela en San Pedro de Macorís.

Acompañado de una caja de “limpiabotas”, el ahora adolescente de 15 años pasó a la triste realidad de dormir en las calles que deambulaba diariamente, buscando su propio sustento, sin apenas haber conocido la escuela.

“Yo vivía con mi abuela, ella salía a las nueve de la mañana y regresaba a las diez de la noche, me sentía solo y aburrido, fue entonces cuando empecé a caminar y conocer la calle”, narra el joven delgado y de tez oscura.

Richard, quien recibe asistencia desde hace un año en Casa Pinardi, uno de doce centros de acogida para menores en riesgo de la Red de Muchachos y Muchachas con Don Bosco, recuerda que durante siete años comió y durmió en las calles, llegando a consumir marihuana.

“Yo estaba en el vicio, fumaba yerba (marihuana). Cuando uno duerme en la calle siempre anda sucio y a veces se pasa el día sin comer nada y te roban la limpiabotas”, recuerda.
El joven asegura que gracias al apoyo recibido en la Casa Pinardi puede dormir cómodo, estar limpio e iniciar sus estudios, además de lograr cambiar su actitud ante la vida, soñando ahora con ser beisbolista profesional o DJ de música urbana.

Mano amiga

Casa Pinardi es parte del programa “Yo También” de la congregación salesiana, fue fundado en 1990 a raíz de la proliferación de los denominados “palomos” (jóvenes que deambulan en las calles), trabajando desde allí de forma ambulatoria, explicó el padre Luis Rosario, director de la Red de Muchachos y Muchachas con Don Bosco.

Este centro de acogida está ubicado en la calle Peña Reynoso número 29, del sector San Carlos, especializado en jóvenes que han abandonado sus familias y que viven en las calles, acogiendo simultáneamente entre 20 y 30 adolescentes de sexo masculino agotando un programa escolar, laboral, sanitario, legal, deportivo y artístico recreativo, en un ambiente en el que se sientan como en casa.

“Para ser recibidos aquí la tipología propia es la del muchacho que vive y se cobija en la calle. Nuestra misión es sacarlos de allí e iniciar un proceso que culmina en la reintegración escolar, familiar o ser asignados a una familia sustituta o institución”, precisó el sacerdote.

Resaltó que desde su fundación, más de 3 mil jóvenes han sido cobijados o atendidos de forma ambulatoria en la Casa Pinardi, la cual agota un presupuesto mensual de alrededor de tres millones de pesos, a través de una búsqueda permanente de recursos estatales y privados.

De su lado, Wendoly López, quien ofrece servicio de asistencia escolar de forma voluntaria desde hace dos años, aseguró que para trabajar con este tipo de jóvenes requiere de mucha paciencia y dedicación, especialmente con algunos jóvenes de ascendencia haitiana que no dominan el idioma español.

Mario Adames, quien en la actualidad se dedica a la instalación de sistemas de seguridad en la ciudad de São Paulo, en Brasil, aprovechó la oportunidad brindada en el programa de acogida “Yo También” para alcanzar sus sueños.

El joven narra que llegó al centro de acogida a la edad de 16, un año después de haber abandonado a su familia empujado por la extrema pobreza en que vivían en el batey Los Daranos, de Monte Plata.

Los jóvenes en condición de riesgo reciben capacitación en diversas áreas.

Agregó que durante su estadía en la casa de acogida aprendió aspectos básicos de la radio a través de la emisora Juventus Don Bosco, de la que en la actualidad se encarga de su actualización de su portal y redes sociales.

Centro en honor a Francisco Pinardi

Historia. La casa de acogida Pinardi fue nombrada así en honor a Francisco Pinardi, quien concedió a Don Bosco parte de su propiedad ubicada en la localidad de Valdocco en Turín, Italia, para que continuara sus actividades educativas con jóvenes pobres y obreros en la primera mitad del siglo XIX.

Dicha sucesión se debió a que en ese entonces al religioso se le vencía el plazo para abandonar una propiedad que había arrendado para realizar sus actividades a favor de la juventud.

Posteriormente, Pinardi recibió 350 francos por la sucesión de parte de esos terrenos de manos de Don Bosco, quien tiempo después adquiriría todo el conjunto y el lugar se convertiría en la Casa Madre de la Congregación Salesiana.

Después de la muerte de Don Bosco en 1888, la Casa Pinardi se convirtió en centro de veneración y peregrinaje del mundo salesiano, así como la sede principal de la congregación.



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