Con el proyecto de Ley de Presupuesto el Gobierno ha puesto sus cartas sobre la mesa ante los empresarios, dejando claro que no requerirá de una reforma fiscal previo a su aprobación.
Eso le quita de la mano un arma de presión que una parte del empresariado quería usar para forzar algunas negociaciones, la mayoría de ellas de índole económica y de que se mantengan algunas concesiones.
En esa estrategia entraron algunas organizaciones de la sociedad civil que entendían que podían lograr también algunas acciones políticas, como es la de incidir en la elección de las altas cortes.
El Gobierno entiende que ahora puede dialogar sin presión.
Silencio
En la Procuraduría General de la República se dice que hay una disposición para que los procuradores adjuntos y los fiscales no hablen con la prensa. Eso debe ser aclarado por la Procuraduria.