Londres.-No mintió Carlos Alcaraz. Iba a ser el mejor día de su vida. Y lo fue.
El español bordó el primer título en Wimbledon de su carrera deportiva, ante Novak Djokovic, el siete veces campeón (1-6, 7-6 (6), 6-1 y 6-4), y cumple el sueño de su niñez- ganar el Grand Slam más bonito de todos y ante uno de los mejores de la historia.
Alcaraz, como soñaba desde que su padre le puso una raqueta en la mano, sometió a Djokovic, el perseguidor de todos los récords, y se convirtió en el quinto español en la historia en triunfar en Wimbledon, junto a Manolo Santana, Conchita Martínez, Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza.
El murciano escribe su nombre junto al de los más grandes demostrando que los nervios son cosas del pasado y que no es que esté preparado para competir contra Djokovic, es que con 20 años está en posición de decir que ahora mismo es mejor. En una tarde histórica, Djokovic empezó la final como la acabó, hincando la rodilla.
En el primer juego, se cayó al suelo, una predicción del final del encuentro, pero no de lo que pasaría a continuación, porque el serbio barrió su patio particular en un primer set que hizo exhibición de su vasta experiencia aquí. Con Alcaraz nervioso, Djokovic se puso a pasar bolas desde el fondo, a no fallar, a desesperar al español, sobrecogido por el escenario.
«Él tiene 35 finales, yo una”, aseguró antes del partido.
Cumplimiento
— Alcaraz
Aseguró, tras ganar su primer Wimbledon, que es un “sueño hecho realidad” y que incluso si hubiera perdido estaría “muy orgulloso” de mí mismo. “Es un sueño hecho realidad. Es genial ganar”, dijo el murciano en el discurso.
*Por Manuel Sánchez