A lo que queda del Partido Reformista Social Cristiano parece que los de la Liberación le quieren hacer capú o coca, si así lo prefiere usted.
Cuando yo era muchacho allá en mi pueblo, La Vega, uno de los entretenimientos más populares era el juego de bolas, o vellugas, como preferentemente decíamos en el Cibao.
Con frecuencia, uno de los jugadores o de los mirones que contemplaban la jugada, recogía sorpresiva y rápidamente todas las bolas habidas y por haber, las suyas y las ajenas, y ponía pies en polvorosa gritando, como señal de haber realizado una hazaña: ¡Coca, coca! o capú, capú!.
¡Vaya usted a saber el significado o la etimología de coca o capú! Lo cierto es que la víctima quedaba siempre demolida y sin bolas o vellugas para seguir jugando, sobre todo cuando el autor de la bellaquería era mayor y más fuerte que uno.
Este recuerdo de la infancia me ha salido espontáneamente al ver los pataleos del PRSC que, después de haberle dado sus votos al partido morado, quiere ahora como pago por ese favor nada más y nada menos que la presidencia de la Cámara de Diputados y la Secretaría General de la Liga Municipal Dominicana.
¡Capú! ¡Coca!
Me parece estar oyendo el grito de guerra de los peledeístas.
El que se acuesta con políticos