Para nadie es un secreto que el problema del tránsito constituye un mal endémico y grave. Dominicanos y extranjeros que visitan el país salen convencidos de que el desastre del transporte representa uno de los principales escollos que las autoridades deben enfrentar.
Y hasta los que viven en el territorio nacional tienen esta misma preocupación.
Al igual que los males ancestrales del sector energético, la situación del transporte urge por la atención colectiva de toda la sociedad.
¿Cambio de flotillas?
Se ha anunciado la adquisición de nuevas flotillas para el transporte de pasajeros, con un financiamiento millonario. Sin embargo, este ejercicio para la solución del caos en el transporte no es nuevo, y aún el país padece de la deficiencia en el servicio, y además de los largos y fastidiosos entaponamientos. Se requiere, una real política de transporte, despolitizada.