Cansados de Haití

Cuando parece que la situación en Haití no puede empeorar, se producen sucesos y anuncian medidas que demuestran lo contrario.

Es como si los grupos que inciden en ese país se propusieran destruir cualquier esperanza de mejora.

Aunque no se quiera admitir abiertamente, lo cierto es que la llamada comunidad internacional se ha cansado de Haití y de la incapacidad del liderazgo haitiano de ser parte de una posible solución.
Se ha llegado a un nivel tal, que espanta ser colaborador de Haití.

República Dominicana, por ejemplo, ha pagado con creces sus intenciones de colaborar con Haití en la búsqueda de su sendero a la normalización de su situación.

Con el agravante de que las autoridades haitianas con frecuencia lucen provocadoras y hasta desconsideradas contra República Dominicana.

Ni siquiera se ocupan de usar el lenguaje diplomáticos que promueva las relaciones armoniosas entre los gobiernos de los dos países.

Por ejemplo, en vez de anunciar que sólo permitirán el ingreso a su territorio de mercancía exportada que entre directamente a través de sus muelles, anuncian que no permitirán ingreso de mercancía extranjera que llegue a través de República Dominicana.

Es claro que su pretensión es tener control del cobro de aranceles, lo cual sólo pueden hacer en los muelles haitianos, pero la forma del anuncio da pie a atizar malquerencias.

Mientras tanto, las bandas que controlan el territorio haitiano se resisten a someterse a la pacificación y están atacando violentamente a los agentes kenianos que fueron en su ayuda.

La violencia, la división, la incapacidad de lograr consensos entre su liderazgo, garantiza el fracaso de las iniciativas externas para lograr la estabilidad social de ese país.
Ciertamente, la comunidad internacional se está cansando de Haití.