Cáncer de mama: el trastorno que puede afectar a las mujeres operadas de un tumor en el pecho (y qué se puede hacer para reducir sus riesgos)

Cáncer de mama: el trastorno que puede afectar a las mujeres operadas de un tumor en el pecho (y qué se puede hacer para reducir sus riesgos)

Cáncer de mama: el trastorno que puede afectar a las mujeres operadas de un tumor en el pecho (y qué se puede hacer para reducir sus riesgos)

Muchas mujeres desarrollan linfedema después de una cirugía de cáncer de pecho.

«El fluido normalmente se me acumula más que nada aquí (entre el codo y la muñeca de la mano derecha). Lo noto cuando lo miro todos los días, pero sobretodo cuando me pongo la ropa y siento lo ajustada que está».

Así es como le describe su brazo derecho a la BBC una mujer que fue sometida a una operación de mama, después de que le diagnosticaran cáncer de pecho a los 24 años.

La operación fue exitosa, así como lo fue la reconstrucción del seno y el pezón que le hicieron más tarde.

Aún así, esta joven escocesa sufre de linfedema, una de las posibles consecuencias que deja esta cirugía y que no tiene cura pero que puede tratarse.

Hinchazón

El linfedema es una hinchazón que aparece en el tejido por la acumulación de líquido linfático.

Aunque puede manifestarse en distintas partes del cuerpo, lo más común es que surja en los brazos o piernas.

Ocurre cuando el sistema linfático (una red de canales y ganglios que ayudan a combatir infecciones y a eliminar el exceso de fluidos) no funciona correctamente.

En muchos casos el edema se produce por la extirpación de ganglios linfáticos que se hace durante la operación de cáncer de mama para determinar si el este se ha propagado hacia otras partes del cuerpo, o cuando los ganglios linfáticos resultan dañados como parte del tratamiento oncológico.

Sistema inmune

La condición puede afectar no solo a personas operadas o que han recibido tratamiento por cáncer de mama, sino también tras sufrir otros tipos de cáncer (linfedema secundario).

Puede aparecer meses o incluso años después de haberse finalizado el tratamiento.

Y, en los casos de linfedema primario, el problema se desarrolla por un errores genéticos que afectan el desarrollo del sistema linfático.

En estos casos, el problema puede aparecer a cualquier edad, pero suele hacerlo normalmente durante la infancia, la adolescencia o los primeros años de la edad adulta.

Es difícil estimar cuántas personas que han padecido cáncer de seno sufren de linfedema, pero de acuerdo a un estudio de 2018 publicado en el New England Journal of Medicine, la condición afecta a entre el 14% y el 40% de los casos.

Un tipo de procedimiento desarrollado en los 90 para detectar si el cáncer se ha propagado, y que consiste en extirpar el ganglio más próximo al tumor (ganglio centinela) y solo otros en caso de ser absolutamente necesario, ha permitido reducir el número de ganglios extirpados y, por ende, el riesgo de desarrollar linfedema.

Síntomas

Según explica en su página la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer, es importante reconocer los síntomas de forma temprana y tomar medidas de forma inmediata.

Mamografía

Además de la hinchazón, los síntomas más comunes son un cambio en la textura de la piel, la sensación de que está tirante, dura o rojiza.

También puede haber dolor, hormigueo o sensación de incomodidad en la zona afectada.

Otro característica es que la extremidad puede parecer más pesada y perder movimiento o flexibilidad.

Si bien la condición no tiene cura, con tratamiento puede mejorar notablemente.

Tratamiento

La Sociedad Estadounidense contra el Cáncer recomienda utilizar la parte del cuerpo afectada por el cáncer en actividades cotidianas para ir ganando fuerza.

«Utilizar tus músculos ayuda también a que la linfa circule y fluya como debería», dice, y recomienda diseñar un plan de ejercicios con un profesional de la salud.

Años atrás se recomendaba no levantar peso dado que esto podía empeorar la condición, pero estudios más recientes señalan que retornar paulatinamente una rutina de ejercicios y utilizar pesas no aumenta el riesgo de linfedema.

Mujer con linfedema.

Consejos que los médicos solían brindar a sus pacientes, como por ejemplo no sacarse sangre del miembro afectado, no ponerse inyecciones en esa parte del cuerpo ni tomarse la presión, han sido desestimados por estudios recientes que apuntan a que no hay evidencia suficiente de que esto contribuya al linfedema.

Entre las recomendaciones de la ONG británica Cancer Resarch UK figuran el uso de bandas elásticas para reducir la hinchazón, ejercicios para ayudar al drenaje de los fluidos y el llamado drenaje linfático (un masaje especializado para estos casos).

También es importante mantener la piel sana, ya que una infección en un corte o herida puede hacer que aumente la cantidad de fluidos en la zona.

 



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