
Santo Domingo.- República Dominicana es uno de los países más expuestos a los efectos del cambio climático en América Latina y el Caribe, situación que amenaza con agravar la pobreza infantil y juvenil de más de 600 mil niños.
En detalle, según el Índice de Vulnerabilidad ante Choques Climáticos (IVACC) del Sistema Único de Beneficiarios (Siuben), más de 606,000 niños, niñas y adolescentes viven en zonas de alto riesgo frente a eventos climáticos extremos como sequías, calor excesivo e inundaciones.
Además, el 20.5% de los hogares dominicanos reportaron haber sido afectados por calor excesivo en los últimos 12 meses, según la Encuesta Nacional de Hogares (ENHOGAR) 2024.
La preocupación por los fenómenos naturales también aumentó: un 52.1% de las familias expresó mayor temor frente a estos riesgos en comparación con el año anterior.
La representante interina de Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el país, Anyoli Sanabria, subrayó que “la crisis climática es también una crisis para los derechos de la infancia”, e hizo un llamado urgente a reforzar la protección social e invertir en infraestructuras resilientes para proteger a la niñez.
Cambio climático amenaza avances contra la pobreza infantil
Si bien República Dominicana ha logrado reducir la pobreza infantil monetaria de un 44.1% en 2015 a un 30.4% en 2023, y la pobreza multidimensional de un 33.9% a un 21.3% en ese mismo período según el Sistema de Indicadores Sociales de República Dominicana (SISDOM), estas mejoras podrían verse comprometidas por la creciente exposición a fenómenos extremos.
Regiones como Enriquillo (Barahona, Bahoruco, Independencia y Pedernales) y El Valle (Azua, San Juan y Elías Piña) presentan los niveles más altos de vulnerabilidad, tanto por factores climáticos como socioeconómicos.
En los últimos 30 años, el país ha enfrentado sequías severas con graves consecuencias en el sector agropecuario, especialmente en los años 1997, 2015 y 2019.

17.9 millones de menores podrían caer en pobreza por cambio climático en la región
A nivel regional, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y Unicef advierten que 5.9 millones de menores podrían caer en la pobreza para 2030 a causa del cambio climático. Si no se toman medidas urgentes, la cifra podría triplicarse hasta 17.9 millones.
Los eventos extremos como sequías, ciclones, inundaciones y olas de calor afectan directamente la salud, la educación y el bienestar de la infancia. A pesar de la magnitud del problema, solo el 3.4% del financiamiento climático multilateral se destina actualmente a programas que protegen a niños y adolescentes.
Llamado urgente a la acción climática con enfoque infantil
El informe de Cepal y Unicef, titulado “El impacto del cambio climático sobre la pobreza infantil y juvenil en América Latina”, recomienda a los gobiernos incorporar los derechos de la infancia en las políticas climáticas nacionales, como las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y el Plan Nacional de Adaptación.
Además, fortalecer la resiliencia de servicios sociales e infraestructura crítica, especialmente en los primeros 1,000 días de vida; aumentar la financiación climática dirigida a programas para la niñez.
A lo anterior se suma la promoción de la educación ambiental y la participación de niños, niñas y adolescentes en la acción climática, así como la implementación de políticas de protección social adaptativa centradas en las necesidades de la infancia.
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Yamer Javier
Periodista especializada en la fuente de salud. Máster en Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas,