¿Cambiará el papel de Alemania en la UE tras las elecciones?
Madrid.- Las elecciones de este domingo han abierto una nueva etapa en la relación de Alemania con la Unión Europea (UE), marcada por desafíos como acelerar la toma de decisiones internas, marcar de nuevo el compás en Bruselas y revitalizar la unidad europea frente al EE.UU. de Donald Trump.
«Mi prioridad absoluta será fortalecer Europa lo más rápido posible para que, paso a paso, podamos conseguir una verdadera independencia respecto a Estados Unidos», dijo el ganador de las elecciones, Friedrich Merz, en un debate postelectoral.
Ese comentario fue «bastante llamativo» viniendo de Merz y de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), conocida por su marcado atlanticismo y la importancia que da a la relación con Estados Unidos, recordó la subdirectora del instituto Jacques Delors Europe, Sophie Pornschlegel.
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«Parece que finalmente se han dado cuenta de que es hora de invertir más en nuestra propia defensa, de ser más independientes de los Estados Unidos de Trump», apuntó Pornschlegel en una entrevista con EuroEFE.
Recuperar el liderazgo en la UE
Tras la larga etapa de Angela Merkel, que fue probablemente la líder más poderosa e influyente de la UE durante su mandato, los más de tres años de Olaf Scholz como canciller se han caracterizado por cierta lentitud y falta de ímpetu a la hora de influir en los debates en Bruselas.
Lastrados por complejas discusiones en su coalición gubernamental tripartita, «los alemanes no se posicionaban o se posicionaban demasiado tarde, con lo que no podían dar tanto impulso a las políticas europeas», dijo André Härtel, director de la oficina en Bruselas del centro de estudios alemán SWP.
Eso, sumado a que «Scholz no ha forjado relaciones personales tan fuertes», ha resultado en cierto «aislamiento» de Alemania, y en «una crisis de política exterior en la propia UE como consecuencia de la falta de liderazgo alemán», aseguró Härtel en un acto organizado el pasado jueves en Madrid por el Real Instituto Elcano.
Si, como parece probable, consigue formar una coalición bipartita con los socialdemócratas, será «positivo» para Europa, porque «las cosas con dos partidos son más fáciles que con tres y parece que habría menos conflicto» dentro del Ejecutivo, indicó Pornschlegel.
Las claves del éxito
El discurso de Merz suena bastante afín al concepto de la «autonomía estratégica» enarbolado por el presidente francés, Emmanuel Macron: su objetivo común es reducir la dependencia de un Estados Unidos al que, en palabras del futuro canciller, «le importa poco el destino de Europa».
Su éxito en esa tarea dependerá, según Pornschlegel, de «cómo se lleve» con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con la que comparte partido pero también un historial de desencuentros, y de las relaciones que pueda tejer con Macron y con el primer ministro polaco, Donald Tusk.
«Y la otra gran cuestión será si Alemania es capaz de invertir el dinero que necesita Europa», agregó esa experta.
Con la economía germana en recesión, los conservadores parecen más dispuestos a reformar el freno de la deuda, el mecanismo constitucional que limita el endeudamiento anual al 0,35 % del PIB, para poder realizar las inversiones necesarias en ámbitos como la defensa.
«Sin embargo, si (Merz) quiere relajar el freno de la deuda o establecer un segundo fondo especial para defensa, necesitará votos o bien de (la ultraderecha alemana de) AfD o bien del partido de La Izquierda», puntualizó Jana Puglierin, directora de la oficina en Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), en declaraciones a EuroEFE.
Consecuencias para España
Si Merz consiguiera finalmente ese objetivo, «colocaría en una posición complicada a España», cuyo gasto en defensa está «entre los más bajos de la OTAN» en relación con su PIB, apuntó por su parte José Ignacio Torreblanca, jefe de la oficina en Madrid del ECFR.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, «se resiste» a elevar la meta de gasto de defensa por encima del 2 % para 2029, y promete quedarse algo más aislado ahora que es «el último socialdemócrata que lidera un Estado grande de la UE», añadió el experto.
Respecto a la guerra en Ucrania, no se esperan grandes bandazos en la postura alemana, más allá de la voluntad de Merz de enviar a Kiev misiles Taurus de largo alcance.
Por lo demás, el futuro canciller ha planteado algunas ideas audaces, como la posibilidad de contar también en Alemania con la seguridad derivada de las armas nucleares de Francia y el Reino Unido.
Clima y migración
El triunfo de Merz supondrá un menor énfasis en las políticas destinadas a frenar la crisis climática, pues el líder conservador ha expresado preocupación por el impacto que pueden tener en el crecimiento económico.
Esa postura «encaja» con la campaña actual de la Comisión Europea para suavizar algunos de los requisitos del Pacto Verde en aras de una mayor competitividad, algo que promete dificultar que se alcancen las metas climáticas de la UE, explicó Pornschlegel.
En cuanto a la migración, Merz ha prometido una línea dura, con devoluciones en caliente y vuelos de deportación semanales a países como Afganistán, aunque la citada experta recordó que Scholz también abrazó posturas «propias de la extrema derecha», como el cierre de fronteras y la devolución de refugiados a Siria.
Aunque deberá aplicar el Pacto Europeo de Migración y Asilo, nada impedirá que el Gobierno de Merz vaya más allá del consenso en Bruselas, que de por sí se inclina cada vez más a la derecha en el plano migratorio.
«A Alemania le importa Europa en lo relativo a la burocracia o la competitividad, quizá en la política exterior o de defensa, pero no tanto en cuanto a las políticas del clima o de migración», que se abordan desde «un punto de vista nacional», señaló Pornschlegel.
Fuente: EFE
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EFE
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