Cambiar para encajar

Cambiar para encajar

Cambiar para encajar

Lady Reyes, editora de Vida y Estilo, periódico El Día.

¿Qué tan difícil es ser aceptado tal cual somos? ¿Qué posibilidad hay de que otros entiendan nuestras diferencias, de la misma manera que nosotros aceptemos que el otro nace con su propia esencia?

¿Qué tan complicado es lograr asimilar que, aunque somos iguales, también somos distintos, que podemos pensar similar, pero no igual y que nos pueden gustar cosas que tal vez no se puedan entender ni comprender porque para gustos están los colores?

Muchos tienen el complejo de Midas, queriendo transformar todo en oro, sin entender que, sin importar que tengamos las mejores intenciones, el hierro es hierro y la madera es madera.

Lo que sí podemos hacer es ayudar al otro a pulir los dones que ha recibido, respetando su esencia… porque cuando tratamos de cambiar simplemente para encajar en la visión que los demás tienen para nosotros, corremos el riesgo de dejar de ser lo que nos hace maravillosamente únicos.

Vivimos en un mundo de apariencias, donde somos etiquetados y juzgados por lo que tenemos, por nuestra vestimenta o las posiciones que ocupamos… dejando de lado lo que realmente cuenta: lo que somos.

La moda nos lleva a cambiar de trapos con cada temporada para estar “in”; a estar en el “medio” para no ser olvidados; a invertir tiempo en personas que ni siquiera saben que existimos; a respirar por unas redes sociales llenas de personas desconocidas e indiferentes que, como ovejas, corren detrás del morbo o el sensacionalismo; o pensando estúpidamente que el reconocimiento social nos dará calidad de vida.

Recordemos que lo único que nos puede hacer feliz es ser feliz nosotros mismos primero que nada.



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