Los organismos colegiados en República Dominicana han sido un problema porque con frecuencia se desconoce que con la pluralidad de criterios se busca puntos de equilibrio y no se trata de reparto ni de pujilato de poder.
La Cámara de Cuentas no escapa a estas situaciones y puede hasta dañar el trabajo técnico para el que está llamada esa entidad.
En una oportunidad la Cámara de Cuentas debió ser disuelta y nombrarse una nueva por medio del juicio político debido a las profundas diferencias entre sus miembros, por asuntos administrativos más que técnicos. Los nombramientos de personas cercanas o para complacer amigos han sido motivo de muchos de esos pleitos. No solo pasa en la Cámara de Cuentas.