Calinescu, sus caras de la modernidad

Calinescu, sus caras de la modernidad

Calinescu, sus caras de la modernidad

Alex Ferreras

MateiCalinescu, reputado crítico literario rumano, en su obra “Cinco caras de la modernidad” (Madrid: Editorial Tecnos, Grupo Anaya, S. A., 2003), nos ofrece una visión en conjunto de los cinco movimientos o períodos literarios, artísticos, ideológicos, políticos y filosóficos que han orientado a la cultura occidental desde el advenimiento de la modernidad, con la caída de Constantinopla en 1453, por los turcos, y el Descubrimiento de América, hasta el posmodernismo en nuestros días. Los otros períodos estudiados son, después del modernismo, la vanguardia, la decadencia y el “kitsch”, para cerrar con la posmodernidad.

En el modernismo Calinescu dilucida el término moderno, el cual afirma es de origen medieval (p. 73). El rasgo que más sobresale de este movimiento, sostiene, es “la crítica radical del pasado como un determinado compromiso con el cambio y los valores del futuro. . .” (p. 103), caracterizado por una cultura de profunda crisis.

En términos estéticos, sobresale la crítica de Baudelaire, de Stendhal y Matthew Arnold.

En cuanto a la vanguardia, fue un período de grandes experimentalismos en el que salen a relucir dos condiciones básicas, nos dice Calinescu, que son: 1. “La posibilidad de que a sus representantes se les conciba o se conciban a sí mismos como adelantados a su tiempo. . .”, y 2.

“La idea de que existe una amarga lucha que hay que entablar contra un enemigo que simboliza las fuerzas del estancamiento, la tiranía del pasado, las viejas formas y modos de pensamiento que la tradición nos impone para evitar que nos movamos hacia adelante” (p. 128).

En lo relativo a la decadencia, esta surge, al decir del escritor –citando a T. W. Adorno–, como manifestación de un momento histórico concreto: no más como expresión nociva de la ‘ideología burguesa’, mas, a la inversa, en oposición a ella, e igualmente, “como una conciencia profunda y auténtica de una crisis para la que no pueden prescribirse ningunas soluciones fáciles (o incluso difíciles)” (p. 213).

El “kitsch” como cuarta cara de la modernidad el autor lo ve como uno de los géneros más asombrosos y ambiguos de la estética moderna; lo mismo, cual “mal arte – basura artística o literaria. . .” (p. 230). El término es de origen alemán que significa una obra artística, literaria, etc., en el fondo frívola, cursi y de mal gusto destinada a ser consumida por el populacho.

La quinta y última cara que el crítico trata en su obra es la del posmodernismo. Similar período para Calinescu no entraña ruptura, sino anarquía. La característica que más se destaca en él es el rechazo a toda la tradición que consideran logocéntrica de nuestra cultura. Resaltan en este período, entre otros, el falsacionismo, de Karl Popper, la revolución de los paradigmas, de Thomas Khun, el deconstruccionismo francés y el pensamiento débil, de Gianni Vattimo.

En resumen, el mérito de MateiCalinescu en “Cinco caras. . .”es la agudeza y penetración de su pensamiento, su gran capacidad de síntesis y el balance objetivo que hace de cada uno de los períodos que estudia.



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