Califato aberrante
El mundo contempla con estupor el surgimiento de una “nueva” facción de asesinos en Oriente Próximo, como si ya la violencia existente contra inocentes no bastara.
El grupo armado que conforma el Estado Islámico (siglas EI) en tierras de Irak y Siria con el califa Ibrahim asesina despiadadamente a quien no esté de acuerdo con su postura.
Cercenan hombres y a las mujeres y niños lo someten a una esclavitud perenne. El califa se autodenomina descendiente de Mahoma y tiene un Doctorado en estudios islámicos, además de terrorista de Al Qaeda, hasta que esos propios terroristas lo echaron de sus filas, que es mucho decir!
Este califato siembra de asesinatos toda la zona que comprende 56,000 kilómetros cuadrados y 6 millones de personas. Posee, según he podido leer, 6,000 millones de dólares procedentes de venta ilegal de petróleo, asaltos a bancos, lavado de dinero y otras fechorías. En el año 2012 solo 1,000 combatientes formaban sus filas, hoy supera los 80,000 adeptos con armamento de primera capturado al inoperante ejército iraquí.
Contactan a centenares de jóvenes influenciables en Europa y se trasladan allí a luchar por la “causa” (típico de grupos terroristas) como es el caso del verdugo de los periodistas James Foley y Steven Sotloff.
El presidente Obama tiene de frente una facción que está poniendo en entredicho su política exterior a raíz de su salida de Irak. Pero ¿cuál es el origen del EI? Mosul.
La misma guerra de Irak que calentó la radicalización de suníes excluidos por la mayoría chií. La desaparición del ejército de Sadam enemistó a los cuadros militares que hoy se agrupan en el EI.
Al momento de retirarse las tropas norteamericanas, los chiíes volvieron a oprimir a los suníes. Aunque el auge fuerte de este califato ha sido la guerra en Siria cuando éstos se levantaron contra la dictadura de Al Assad.
Lo que empezó como una revolución pacífica y democrática derivó hacia una intervención geopolítica de múltiples fuerzas, con Arabia Saudí y Qatar apoyando a milicias suníes, Estados Unidos y Francia intentando sostener al ejército Libre Sirio y Rusia, Irán y Hizbulah sosteniendo la dictadura del nefasto Al Assad.
Es una situación complejísima y el avance del EI arrasa con vidas por donde quiera que pasa y obliga a la OTAN y los países que la conforman a replantearse una política exterior distinta para combatir de alguna manera a estos verdugos, que como Al Qaeda representan una minoría dentro del islam.
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