Cadena de hechos inesperados ponen ecuanimidad a prueba

Cadena de hechos inesperados ponen ecuanimidad a prueba

Cadena de hechos inesperados ponen ecuanimidad a prueba

La Plaza de las Banderas se convirtió en el punto de las asambleas a donde iban las mutitudes vociferantes a hacer catarsis. ARCHIVO

SANTO DOMINGO.-La aspiración de Leonel Fernández de ser el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana fue enfrentada en su momento desde el Palacio Nacional y esto provocó el rompimiento de una unidad interna mellada desde los días de la cumbre del 19 de abril de 2015 en Juan Dolio.

El poder casi absoluto de los morados durante 12 años consecutivos generó dentro del Partido Liberación Dominicana lo que no había podido llegar desde fuera: la oposición. Esto, desde luego, con un ingrediente personal impropio de la vida pública.

Leonel Fernández demostró gran capacidad de trabajo.

Una herida mal curada, con unos cinco años, supura y contamina las estructuras de gobierno y de paso se deja sentir en las estructuras del Estado y en dos elementos superestructurales de los que pocos, o nadie, se ocupan en estos tiempos: las formas jurídicas y el sentimiento de conformidad o espíritu de cuerpo.

La pretensión de Fernández, luego de haber sido derrotado desde Palacio, de ser el candidato presidencial por La Fuerza del Pueblo, fue enfrentada desde el PLD.

El anuncio de que ejercerían tanta oposición como lo permitieran las vías legales fue hecho por Temístocles Montás el día 29 de octubre, cinco días después de que fuera escogido presidente del PLD.

La oposición frontal a una candidatura presidencial de Fernández quedó demostrada con la designación de Montás, quien nunca ha disimulado su aversión al que fuera presidente del PLD, por lo menos en el plano político, en el que su confrontación parece, más bien, encono.

Superada esta oposición ante el Tribunal Superior Electoral y ante la Junta Central Electoral, resta apenas una acción ante el Tribunal Constitucional, que ha dejado el expediente en estado de fallo desde el día 29 de noviembre de 2019.

El malestar, o la amenaza a la candidatura de Fernández, no ha desaparecido a pesar de la superación de las retrancas ante el TSE y ante la JCE.

Contagio

El malestar que tanto agobio ha causado en el partido de gobierno ha pasado sin interrupción (sin solución de continuidad) al núcleo del sistema electoral dominicano, mellado de manera lamentable con el momento más álgido de la crisis del PLD el mismo día 6 de octubre.

Este malestar ha causado un daño profundo en el sistema electoral, que lo ha traspasado al cuerpo social como incapacidad para actuar con efectividad.

La cancelación de un proceso electoral en curso el día 16 de febrero de 2020, poco antes del mediodía, con una declaración del presidente de la Junta Central Electoral, por inusitada, tuvo un efecto anestésico en los ánimos políticos.

Acaso el hecho de que las elecciones del 16-F estaban limitadas al nivel local ayudó a que la indignación no arrastrara a los partidos políticos como lo hizo con popis, wawawá, milenials y clase media.

Esta moderación de los dirigentes y las bases de los sectores organizados pudo deberse al hecho de que es en mayo cuando estará en juego el poder por el que todos suspiran: el que tiene su asiento en Palacio y en el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo.

La suspensión y la anulación del iniciado proceso electoral no ha sido el único hecho inusitado, también lo es la celebración de las primeras elecciones municipales extraordinarias generales de las que se tenga noticias en el país, programadas para el día 15 de marzo.

Y se puede agregar a esta lista corta de lo impensado, la espera de un mes entre el final de una campaña electoral para la que fueron agotados prácticamente todos los recursos económicos con los que se podía contar, y la elección de los funcionarios para los que se hizo esa campaña.

Esto ha llevado a los candidatos presidenciales a acompañar a los candidatos a las alcaldías en las demostraciones públicas como una forma de proyectarse y a la vez insuflarles un aire del que carecen por la falta de dinero.

Dentro de 50 años, cuando las generaciones despegadas de esta transición miren atrás tal vez valoren como un aporte a la paz pública el comportamiento moderado de los líderes que desde el gobierno y desde la oposición hicieron o dejaron de hacer para que la desazón se quedara en cornetas, ollas, calderos y mítines en la Plaza de las Banderas.

Dos procesos

Junto con la preparación del proceso electoral municipal extraordinario preparado por la misma Junta Central Electoral que fracasó en llevar a buen término el proceso organizado para el 16-F está siendo impulsado el proceso de las elecciones presidencial y congresual programado para el día 17 de mayo.

Desde este ángulo también se pueden advertir algunas novedades deparadas por el proceso electoral iniciado con la elección de las candidaturas presidenciales.

Una de ellas, la rapidez con la que fue articulado un partido para impulsar la candidatura de Fernández. Otra, su vinculación con una candidata vicepresidencial sacada del partido que llevó al PLD al poder por primera vez, que entonces era una misma cosa con el líder, Joaquín Balaguer pero que ha quedado disminuido tras su muerte.

La alta probabilidad de que el Partido Revolucionario Moderno y Luis Abinader alcancen esta vez la Presidencia de la República ha provocado una migración de perredeístas que han dejado a este partido en una condición disminuida como no se le había visto ni siquiera cuando se lo disputaban José Francisco Peña Gómez y Jacobo Majluta Azar.

También es novedoso el desempeño del partido de gobierno y su candidato, al punto de que, a mediados de marzo, a dos meses de las elecciones presidenciales y congresuales, no se le ve como contendor efectivo por la Presidencia.

La presentación de un candidato a la Presidencia por un partido y la esposa de este candidato como candidata vicepresidencial por otro partido es acaso la novedad pintoresca del escenario político actual, pero este es material de otro análisis.

—1— El génesis
La aspiración de Leonel Fernández de volver a ser presidente y la resolución de impedírselo están en el origen del malestar.
—2— Ecuánimes
El 16-F puso a prueba la madurez del liderazgo.
—3— Sin dinero
Los candidatos a puestos municipales llegado secos al 15 de marzo.



Noticias Relacionadas