Todo hijo es diferente, por lo tanto, la dinámica que se da entre tú y cada uno de tus hijos es única.
SANTO DOMINGO.- “Durante muchos años hemos visto como el rol del padre se ha ido transformando y podemos ver que hoy en día son más los papás que procuran involucrase en el desarrollo físico y emocional del hijo a partir de prácticas diarias, más que ser sólo proveedores, autoritarios o ausentarse en la crianza”.
Así lo afirma la terapeuta infantojuvenil Leyshy Cabrera, quien agrega que el hijo necesita de su padre tanto como de la madre, y parte de esa evolución en la dinámica familiar en la que el padre y la madre cumplen un rol protector, contenedor y estimulante para el hijo, hace que la imagen rígida, estricta, ajena y autoritaria que se ha tenido del padre sea cada vez más ajena y da paso a una relación más cercana e íntima entre padres e hijos.
La especialista en inclusión educativa explica que es cierto que aún hay algunos padres que mantienen la estructura tradicional de antes, pero cada vez es más clara la propensión de estos padres que se involucran y acompañan a los hijos.
Insustituibles
“La implicación del padre en la crianza, trae consigo múltiples beneficios para el desarrollo de la infancia, a groso modo podríamos hablar de aspectos emocionales, físicos y psicológicos. Tanto en el rol del padre como en el de la madre hay características imposibles de sustituir, ya que como mencionaba M. Barroso, todos los hijos existen para ser triangulados por sus padres, proporcionando así pertenencia. Indistintamente de cómo se dé la configuración familiar siempre existirá una raíz triangular y biológica: padre, madre e hijo, algo que hasta ahora es innegable”.
Cuando los infantes van creciendo y desarrollándose a partir de una base efectiva que los triangula y les genera arraigo, existe mayor oportunidad de organización que va desde adentro hacia afuera, que son capaces de atender sus procesos emocionales e interpersonales con mayor eficacia, dijo la experta que tiene su consulta en el Centro Vida y Familia.
Como es natural siempre existirán los tropiezos, equivocaciones o errores, por esto, ninguna paternidad estará exenta de los mismos, por lo tanto, al ser consciente y capaz de asumirlos con humildad te permitirá integrarlos como parte del proceso de criar.
“Si tú como padre eres capaz de identificar el valor que posees en la vida de tus hijos, serás capaz de vincularte de manera efectiva, atendiendo a la importancia de las diferencias individuales”.