Un ciudadano de Ivrea, en Italia, completamente ebrio, decidió cabalgar a su antojo por las calles de San Bernardo, sin considerar el riesgo de causar un accidente o asustar a algún transeúnte, informa el rotativo local Sentinella del Canavese.
Trotando y haciendo zig-zag el hombre se aferró al caballo quien corrió lentamente para cuidarlo.