Saira Nohelia (d) ayuda a su padre, Emsly Emús Rivas, buzo de la etnia Misquita con afecciones de salud derivadas de su oficio. EFE/ Gustavo Amador
Puerto Lempira.- Buzos que han sufrido daños físicos al pescar en las profundidades del Caribe de Honduras sin la protección necesaria reclaman ayudas para no seguir poniendo en riesgo su vida, algo que ha sido desoído durante años por el Estado, que no ha cumplido a cabalidad una sentencia de 2021 a favor de 42 indígenas.
“No hay apoyo de nada”, dijo a Efe el presidente de la Asociación de Buzos Lisiados de la Mosquitia (Amhbli), Erasmo Granuel, sentado en una silla de ruedas en la entrada de su vivienda de madera.
Haciendo un esfuerzo para hablar, Granuel afirmó que son “más de 3.000 buzos “los que están discapacitados al pescar langosta, caracol y pepino de mar a profundidades de más de 40 metros, cuando lo máximo permitido es de 30 para evitar daños.
“Los 3.000 buzos (lisiados) no tienen nada, ni un centavo”, insistió el dirigente miskito, quien lamenta que la Mosquitia, una región situada al este, frente al Caribe, limítrofe con Nicaragua, está en el olvido por parte de las autoridades.
La mayoría de los más de 100.000 habitantes de seis municipios del departamento de Gracias a Dios, donde se localiza la Mosquitia, trabajan en la pesca para empresas privadas que pagan 95 lempiras (3,85 dólares) por la libra (464 gramos) de langosta y caracol, según sus denuncias.
Granuel, quien quedó lisiado parcialmente después de doce años buceando, pidió al Gobierno “ayuda” en materia de salud, educación y vivienda para los buzos lisiados por daños, en algunos casos cerebrales y en otros en extremidades.
Uno de esos casos es el de Emsly Emus Rivas, un miskito de 78 años que en 1984 quedó en silla de rueda y usa pañales permanentemente debido a las lesiones que le dejó una descompresión, ya que por falta de recursos no pudo someterse a un tratamiento en la cámara hiperbárica.
Rivas depende de su mujer, Sebera Pérez, y su hija, Saira Rivas, para comer y movilizarse de su cama a una vieja silla de ruedas en la que pasa todo el día sentado en la entrada de la casa de otra de sus hijas, en la que además viven otras seis personas.
Reparaciones económicas cumplidas parcialmente
Otro buzo lisiado es Evelito Londres, quien perdió la audición casi total de sus oídos a causa de un síndrome de descompresión que sufrió por sumergirse en las profundidades del mar sin la protección necesaria.
Londres es uno de los miskitos hondureños que en 2003 denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) diversas violaciones a los derechos humanos, un caso por el cual Honduras fue condenada el 14 de octubre de 2021 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), que ordenó una serie de reparaciones económicas, que hasta ahora se han cumplido parcialmente.
La CorteIDH ordenó al Estado de Honduras dar becas educativas, viviendas, proyectos económicos y la realización de un documental acerca de los buzos miskitos, acciones que, según Granuel, solo benefician parcialmente a los 42 demandantes, de ellos 32 ya muertos.
Londres y Ral Balderramos, otro buzo que tiene dificultades para caminar, son dos de los indígenas miskitos que han recibido una vivienda y una indemnización económica del Gobierno como parte del fallo de la CorteIDH, que avaló un acuerdo de solución amistosa entre el Estado y las víctimas.
La Amhbli también pide apoyo para capacitar a las personas que se dedican a la pesca por buceo, la mayoría de ellas sin la protección debida para sumergirse en las profundidades del mar, lo que en muchas ocasiones les provoca una descompresión y deben recibir tratamiento en la cámara hiperbárica.
Sin embargo, no todos los buzos afectados cuentan con el apoyo del dueño de la embarcación para pagar el tratamiento, que oscila entre 3.500 y 7.500 lempiras(entre 142 y 304 dólares) por cada sesión en la cámara hiperbárica del Hospital de Puerto Lempira.
Más cámaras hiperbáricas
Ante el alto número de buzos lisiados, la diputada por Gracias a Dios, Erika Urtecho, le pide al Gobierno la dotación de más cámaras hiperbáricas para la Mosquitia.
“El Gobierno está en la obligación, después de la sentencia de la CorteIDH, de dar cámaras hiperbáricas”, señaló Urtecho.
Lamentó que el Estado “no ha avanzado” como debería en el cumplimiento de la sentencia de la CorteIDH, aunque guarda “la esperanza y tiene confianza” de que el Gobierno que preside Xiomara Castro “estará cumpliendo con todo”.
“Esos hombres que en su momento fueron afectados están dejando niños y esposas sin sustento porque no pueden volver a trabajar (…), pero no solo hay que pensar en esos 42 (demandantes), la cantidad de buzos lisiados es mucho mayor y sigue sumando”, añadió.
La diputada abogó por “más voluntad política” y “articular esfuerzos” para crear una política de regulación, supervisión de los barcos pesqueros en la Mosquitia.
“El olvido y el marginamiento es histórico en el departamento de Gracias a Dios y lo continuamos viendo”, subrayó Urtecho, quien pidió al Gobierno y la comunidad internacional “trabajar en equipo” para “sacar adelante” a la población de la Mosquitia.
Los derechos de los pueblos indígenas de Honduras “siguen siendo vulnerados”, enfatizó Urtecho, quien impulsa la creación de una escuela de buceo para capacitar a los buzos, habilitar un centro de rehabilitación integral y una reforma a la Ley de Pesca.