Análisis sobre redes sociales compartido ayer por el experto Pavel De Camps Vargas revelan un dato que llama la atención: los post del exprimer ministro haitiano Claude Joseph prácticamente no tienen relevancia en su país. Sólo en República Dominicana se le hace caso desde los medios convencionales y en las redes sociales.
Dicho en otras palabras, parece que a los haitianos les importa poco lo que diga o deje de decir ese señor.
Es decir, dominicanos le están dando relevancia a quien no la tiene ni en su territorio.
Algo similar pasa con el mamotreto de canal que particulares están construyendo sobre el río Masacre en el escaso trecho que atraviesa por Haití.
El Gobierno dominicano ha adoptado una serie de medidas tendentes a forzar una reacción de las mal llamadas “autoridades haitianas”, que han demostrado hasta la saciedad que no tienen control de ninguna parte de su territorio.
Hay que dejar y apoyar el accionar gubernamental para la solución de esa situación sin que se exagere en la reacción, pues quizás lo que algunas bandas haitianas y sus promotores buscan es precisamente eso.
Cuando en Haití había autoridades, ambos gobiernos firmaron una declaración de intenciones que en su momento se hizo pública, en la que ambas partes de comprometían a hacer uso de los ríos fronterizos conforme a los tratados entre las dos naciones.
El asunto es que ahora en Haití no hay autoridades a quienes reclamarles.
El diferendo actual, hay que decirlo con claridad, es con bandoleros y algunos promotores privados haitianos.
En este caso hay que reaccionar sobre la base de realidades y no de agitación.