MILWAUKEE. — Giannis Antetokounmpo puso fin a unas Finales memorables con 50 puntos. Y Milwaukee consiguió un campeonato que tardó 50 años en llegar. Antetokounmpo añadió 14 rebotes y cinco tapas para que los Bucks vencieran el martes 105-98 a los Suns de Phoenix, con lo que ganaron la serie por 4-2.
Fue el tercer encuentro de esta serie en el que Antetokounmpo logró al menos 40 puntos y 10 rebotes. Semejante debut en estas instancias le permite ocupar su sitio entre algunos de los mejores de la historia.
Luego, se pavoneó por la cancha. En una mano llevaba el trofeo Larry O’Brien para los campeones de la NBA.
En la otra, portaba el trofeo para el Jugador Más Valioso de las Finales. Y en una mesa ante él, estaba un puro para festejar la ocasión. Cuando llegó a los Bucks, el equipo ganó sólo 15 partidos. Tan sólo en esta postemporada, consiguió 16.
“Es tiempo de celebrar”, recalcó. El astro griego acertó 16 de 25 disparos de campo y atinó 17 de 19 tiros libres, un desempeño espectacular para cualquier jugador, mucho más para uno que encestó sólo el 55,6% en la postemporada y fue víctima de algunas burlas por ello.
“La gente me decía que no podía atinar los tiros libres. Esta noche lo hice y soy un campeón algo loco”, indicó. Antetokounmpo saltó por toda la cancha, agitando los brazos, cuando restaban 20 segundos. Alentó a los fanáticos para que ovacionaran. No hacía falta. El escándalo del público resonó dentro y fuera del recinto durante horas.
Los seguidores de Milwaukee habían esperado medio siglo para festejar una coronación. En 1971, consiguieron su primer campeonato con Kareem Abdul-Jabbar y Oscar Robertson. “Estoy seguro de que esto significa todo para la ciudad”, manifestó Khris Middleton, el otro jugador que queda de aquel plantel con foja de 15-67 en 2013-14.
“Ellos han visto el trabajo que hemos hecho al paso de los años para llegar a este punto”. En una temporada cuya mayor parte se realizó sin público por la pandemia, los Bucks reunieron a 65.000 personas en las explanadas conocidas como Deer District, junto a su arena.
Se desató ahí una fiesta que seguramente durará hasta la mañana de este miércoles. “Espero que hayan disfrutado tanto como nosotros”, dijo Middleton. Cayó una lluvia de confeti en el interior del recinto, donde los aficionados corearon “los Bucks en seis”. Y lo que comenzó como un alarde optimista de un exjugador resultó un coro profético. Los Bucks se convirtieron en el quinto equipo que ha ganado las Finales de la NBA tras ir perdiendo por 2-0.
El último que lo había conseguido ganando los siguiente cuatro partidos había sido Miami, contra Dallas en 2006. Chris Paul anotó 26 puntos para terminar su primera aparición dentro de las Finales en su 16ta campaña.
Devin Booker agregó 19 tantos pero acertó sólo ocho de 22 disparos y falló sus siete triples. En cada uno de los dos partidos anteriores había conseguido 40 puntos. “Hay un dolor que queda cuando tu temporada acaba así”, dijo el entrenador Monty Williams. “Pero nunca he lidiado con esto, así que estoy agradecido.
Sé que esto va a doler por un tiempo”. Los equipos que llegaron juntos a la NBA durante una expansión en 1968 llegaron a unas emotivas Finales. En los últimos tres partidos el resultado estuvo en duda hasta las postrimerías. Milwaukee ganó en buena medida gracias a Antetokounmpo, el Jugador Más Valioso de las dos temporadas anteriores, quien mejoró su nivel en las Finales.
Fue elegido el Jugador Más Valioso de las Finales por unanimidad. Y sin duda se consagró como la estrella de la serie en todos los aspectos, desde el poder que mostró en la cancha hasta la humildad que mostró en las entrevistas o el momento que se tomó tras la victoria del martes para encontrar a varios niños e intercambiar palmadas con ellos en medio de las celebraciones.
Se mostró conmovido cuando habló de los sacrificios que hizo su familia cuando él era niño en Grecia. Y logró todo esto pese a perderse los últimos dos partidos de la final del Este, por una hiperextensión de rodilla. Llegó a temer que la lesión pusiera fin a su campaña. Tan sólo hay que imaginar lo que Milwaukee y los fanáticos se hubieran perdido.