Una adolescente británica padece una rara enfermedad que afecta a sus huesos y articulaciones, provocando lesiones y luxaciones con sólo moverse.
De este modo, cuanto más violentos son sus movimientos, más graves son las lesiones que llega a padecer, lo que provoca que el sexo sea una actividad muy peligrosa, casi de vida o muerte. Darcey Kelly, de 19 años, tiene un futuro brillante por delante como estudiante de la Universidad de Londres.