Bloomberg News.-Los desairados bonistas del operador de yacimientos petrolíferos mexicanos Oro Negro Offshore Drilling Pte se acercan cada vez más a la única opción que esperaban evitar a toda costa: recibir una plataforma que ninguno quiere.
Un fideicomiso de inversores con pagarés por US$175 millones que vencen en diciembre declaró una cesación de pagos el viernes después de que Oro Negro no honró el pago de un cupón por US$4,8 millones.
Ahora, los bonistas enfrentan una disyuntiva: tomar el control de la plataforma, llamada Impetus, que respalda el bono y tratar de venderla en medio de una saturación global, o mantener la esperanza de que un contrato largamente postergado con el productor estatal de crudo, Pemex, por el uso de los equipos finalmente se concrete.
El dilema es un ejemplo más de cómo están sufriendo las compañías y los inversores en tanto productores petroleros que van desde Petróleos Mexicanos hasta Petróleo Brasileiro SA de Brasil recortaron los presupuestos de inversión en miles de millones de dólares después de que el petróleo se desplomó 50 por ciento desde su pico máximo en 2014.
Al igual que la mayoría de las empresas de servicios petroleros que operan en México, Oro Negro es particularmente vulnerable a estos recortes dado que recibe 100 por ciento de sus ingresos de Pemex, que continúa siendo todavía el único productor petrolero aun después de que hace dos años una ley modificó la Constitución para permitir la perforación extranjera por primera vez desde los años 1930.
“Es una situación bastante desesperada para los acreedores”, dijo Robert Rauch, socio y gerente de cartera en Gramercy Funds Management, que no tiene estos bonos. Dejar aparcada la plataforma “en este mercado no será una opción muy atractiva”.