El Día 
Hay distintas maneras de ver las cosas. Una muestra de ello es el enfoque que dos distinguidos profesionales le dan al llamado problema haitiano.
El doctor Humberto Salazar, director de la Comisión de Reforma del Sector Salud, por ejemplo, opina que los dominicanos debemos rechazar de plano la ayuda económica que propone el ex presideente norteamericano Jimmy Carter para hacer frente a graves problemas sanitarios comunes, porque ésta implica una visión conjunta de nuestro país y Haití. Aparentemente, para el doctor Salazar todo lo que huela a Haití debe ser rechazado, aunque de paso nos beneficie a nosotros también.
El ingeniero Leandro Guzmán, en cambio, aboga porque se busque financiamiento internacional para construir, con participación dominicana y haitiana, una gran represa en el río Artibonito, que nace en territorio nuestro y desemboca en costas del país vecino. Esa obra, según estima el ingeniero Guzmán, daría trabajo durante cinco años a miles de obreros de ambas naciones, y posteriormente produciría energía eléctrica para los dos países.
Son dos visiones de un mismo problema. Lamentablemente, parece que deberán pasar muchos años antes de que todos, los de aquí y los de allá, comprendamos que más vale llevarnos bien con el vecino que pasarnos la vida dándonos las espaldas.
