NUEVA YORK.- Hace 12 años Bill de Blasio acudió a la toma de posesión del alcalde de Nueva York Michael Bloomberg como nuevo concejal de la ciudad, desconocido para la mayor parte del electorado fuera de su distrito de Brooklyn y un reducido grupo de activistas políticos.
Es ahora el sucesor de Bloomberg, elegido por un margen récord, respaldado por ex un presidente — y quizá una futura presidenta — además de ser considerado el rostro del movimiento progresista que promete un importante cambio en la mayor ciudad del país. La improbable ascensión de De Blasio, que incluye un oscuro puesto en un cargo público supervisor y una increíble recuperación política a mediados del año pasado, llegará a su cima al mediodía en un frío día de Año Nuevo cuando jure el cargo ante el ex presidente Bill Clinton.
Cuando de Blasio recite el juramento, el segundo en 12 horas, será el primer alcalde demócrata de Nueva York desde 1993, dispuesto a adoptar cambios generalizados en una ciudad que pasó a ser más segura y limpia que nunca, aunque económicamente más dividida durante los 12 años de Bloomberg en el cargo. La inauguración será seguramente un día de júbilo para los demócratas, que superan en la ciudad a los republicanos por un margen de 6 a 1 pero que no disfrutaban del poder desde que David Dinkins dejó el cargo hace dos décadas.
El ascenso del partido fue destacado por la presencia de Clinton y su esposa, la ex secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, que sería una de las favoritas en pos de la Casa Blanca en el 2016 si decide postularse. Ambos Clinton tienen lazos con de Blasio: El nuevo alcalde trabajó en el gobierno del ex mandatario en el Departamento de Vivienda y Desarrollo Humano — a las órdenes del ahora gobernador de Nueva York Andrew Cuomo — y trabajó en la exitosa campaña de Hillary Clinton en el 2000 al Senado federal.
De Blasio y su esposa, Chirlane McCray, son con frecuencia comparados con los Clintons ya que McCray ha sido considerada la más poderosa, aunque informal, asesora del alcalde. De Blasio, de 52 años, buscó el apoyo de los que considera fueron ignorados por el gobierno de Bloomberg, y pidió un aumento de los impuestos a los acaudalados para costear la enseñanza universal antes del jardín de la infancia.
Prometió además mejorar las oportunidades económicas en los barrios de las minorías raciales y trabajadores y lamentó los presuntos abusos de la policía en los cacheos y registros de viandantes.
El y su nuevo comisionado de policía, William Bratton, prometieron moderar el uso de esa táctica, que según sus partidarios redujo la delincuencia aunque sus detractores sostienen que fue centrada injustamente entre los negros e hispanos.