Panamá.- Una nómina de operadores de maquinaria pesada dominada por mujeres en un proyecto en Honduras o un plan de acarreo de agua diseñado con participación femenina porque son ellas las que llevan el líquido a sus comunidades en Haití.
Eso es la “transversalización del enfoque de género” que impulsa el BID y que requiere un cambio cultural que, aunque difícil, “no es imposible».
La idea es seguir avanzado hacia una mayor equidad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral y profesional, un objetivo que requiere de una visión holística, dijo en una entrevista con Efe la representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Panamá, la peruana Verónica Zavala.
“Si pensamos en una carretera … generamos programas en los que las mujeres también puedan ser empleadas por estos proyectos (…) el tema de la perspectiva de género es algo que atraviesa casi todo lo que hacemos en el Grupo BID”, señaló la exministra de Transporte y Comunicaciones de Perú.
Esa perspectiva de género solo se alcanza mediante un cambio cultural, porque son los “sesgos inconscientes”, las visiones de rol tradicionales, los que frenan una participación más equitativa de la mujer en todos los ámbitos.
En este contexto hay un asunto “crítico- como sociedades estamos acostumbrados a pensar, por ejemplo, que las mujeres se tienen que hacer cargo del cuidado de los niños, de las personas de la tercera edad .. y es muy complicado hacerse cargo de eso y tener una carrera profesional exitosa».
Se trata entonces “de cambiar la cultura de mujeres y de hombres para que haya un balance” y un equilibrio en las cargas, sostuvo Zavala, quien además es la actual gerente del Departamento de Países de Centroamérica, Haití, México, Panamá, y la República Dominicana del organismo multilateral.
Y para ello lo primero es que la sociedad, las empresas tanto públicas como privadas “tomen conciencia” de los sesgos inconscientes- “ocurre típicamente que las reuniones estratégicas se dan a las 7 de la noche, que es la hora en la que las mujeres que trabajan tienen que correr a la casa.
Entonces quedan fuera de eso. El ‘networking’ ocurre a las horas que las mujeres tienen que volver a la casa». A juicio de Zavala, abogada con una maestría en Administración Pública por la escuela de gobierno John F.Kennedy de la Universidad de Harvard, la región centroamericana está encaminada hacia el cambio porque, en primer lugar “hoy en día ya cerró la brecha en la educación, lo que es una muy buena noticia».
Una segunda noticia, explicó la alta ejecutiva, “es este dato de la realidad- las empresas diversas, donde hay mujeres y hombres y gentes de diversos orígenes y trayectorias, son mucho más productivas, no solo un poquito, lo que consistentemente hace que se esté tomando mucha más conciencia” de las ventajas de la equidad de género.
“Tenemos entonces en la región más mujeres educadas, tenemos más empresas que van tomando conciencia… lo que hay que acompañar con los planes y acciones que permitan avanzar para lograr todos esos beneficios que se logran cuando las mujeres participan en las economías de manera más igual”, afirmó.
Es en ese contexto que el multilateral y el Gobierno de Panamá firmaron esta semana un contrato de préstamo por 150 millones de dólares que se destinará al apoyo de políticas de género en este país, que en los últimos años ha diseñado una nutrida agenda en pro de la igualdad entre hombres y mujeres.
El Gobierno panameño presidido por Juan Carlos Varela (2014-2019) creó el Consejo Nacional para la Paridad de Género y aprobó la Ley 56 que establece una participación mínima del 30 % de las mujeres en los consejos de administración y las empresas reguladas.
También desarrolló la Iniciativa de Paridad de Género, patrocinada por el BID y el Foro Económico Mundial, e incorporó al país a la Coalición Internacional sobre la Igualdad de Remuneración (EPIC), una iniciativa de ONU Mujeres, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Zavala dijo a Efe que en Panamá se ha trabajado en “un conjunto de acciones que permiten mejorar la situación de la mujer en lo que es la actividad económica».
El BID ha apoyado al país centroamericano en “la regulación para que hubiera más participación de las mujeres en las empresas que enlistan en Bolsa, y en la certificación de las empresas para que puedan tener, a su interior, políticas que garanticen que las mujeres puedan progresar en su carrera profesional en condiciones de igualdad con los hombres”, precisó.