Punta Canta .-Disminución en la productividad, impacto en los precios de los alimentos, en la infraestructura crítica y en los ingresos de las poblaciones más pobres, son algunos de los desafíos que enfrenta el sector agrícola de la región debido al cambio climático.

Para esto, se hace necesario tomar medidas que generen sistemas alimentarios resilientes, sostenibles e inclusivos, destacó Lina Salazar, economista líder de División de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Puso como ejemplo que América Latina y el Caribe fue la única región que logró el objetivo del milenio de disminuir a la mitad las personas con hambres para el período de 1990 y el 2015.

Desde entonces, explicó que esa tendencia se ha revertido, ya que actualmente la FAO establece que el 38 % de las personas de la región experimenta inseguridad alimentaria, lo que equivale a 247 millones de personas o más de cinco veces la población de Argentina.

Además, sostuvo que el 7 % de las personas padecen de hambre debido a que la región presenta los costos más altos para acceder a una dieta saludable, y por eso, el 24 % de la población no puede acceder a este tipo de dietas.

Durante las Reuniones Anuales 2024 de las Asambleas de Gobernadores del BID y de BID Invest se expuso que para enfrentar la inseguridad alimentaria se deben considerar inversiones en información de precios de alimentos e insumos, acciones para acceder a micronutrientes básicos, inversiones en agua y saneamiento, intervenciones agrícolas sensibles a la nutrición y el fortalecimiento de los servicios de inocuidad agropecuaria.

Además, se resaltó que esta colaboración fomentará una sólida dinámica de mercado y abordará las necesidades de la población local, siguiendo un enfoque ascendente.

La evidencia muestra que, por cada dólar invertido en investigación agropecuaria, se obtienen entre 10 y 30 dólares en beneficios. Sin embargo, en la mayoría de los países de la región se invierte menos del 1 % del PIB agrícola en investigación agropecuaria.

Estas informaciones fueron ofrecidas durante el panel “Innovación agrícola para la seguridad alimentaria en el contexto de cambio climático en América Latina y el Caribe”.

Iniciativas BID
Entre el 2020 y 2022 el BID ha aprobado 52 proyectos que contribuyen al ODS 2 de “Hambre Cero”, generando impactos en más de 800,000 productores agrícolas.

Además, el BID genera alto valor agregado, a través de la provisión de asistencia técnica y el desarrollo de productos de conocimiento, lo que incluye evaluaciones de impacto que miden la efectividad de nuestros proyectos en la seguridad alimentaria.

Durante la pandemia, el BID implementó procesos  fast track  para procesamiento de operaciones estandarizadas con el fin de mitigar los efectos inmediatos del covid-19.

Esta iniciativa se tradujo en transferencias monetarias por valor de US$3,4 mil millones en 16 países de ALC.   En la actualidad, el BID está impulsando  iniciativas basadas en evidencia que apuntan a mejorar la seguridad alimentaria en varios países.

Reto

— Alimentación
ALC es la región con el costo más alto para acceder a una dieta saludable. En consecuencia, el 24 % de la población no puede costear el acceso a alimentación saludable (50 % Caribe, 28 % Centroamérica).