Beryl no es otro huracán

Beryl no es otro huracán

Beryl no es otro huracán

A principio de semana el huracán Beryl alcanzó la categoría 5, catalogada como muy devastadora, según la escala Saffir-Simpson, que mide la naturaleza de los ciclones por la furia y el poder destructivo de sus vientos.

Hay que tomar en cuenta que Beryl es el primero de la temporada de huracanes del Atlántico. En ese orden, la presencia de este huracán se debe tomar como un indicio de lo que podría convertirse en una estación muy activa y que debe llamar a la reflexión a las autoridades, a todos los niveles, de República Dominicana y el resto de los países que conforman la cuenca atlántica, con el propósito de que tomen las previsiones de lugar.

Hay un balance alarmante a su paso. En Venezuela ya reportaron dos muertos, cinco desaparecidos y más de 600 viviendas dañadas en el estado Sucre.

Ayer murieron tres personas en Granada, que se suman a un fallecido reportado en San Vicente y las Granadinas, que son islas del Caribe Oriental.

También ha dejado destrucción significativa de edificios, carreteras y embarcaciones en varias islas de esta comunidad del Caribe.

La agencia meteorológica de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sin el interés de causar desasosiego en la región, planteó que antes de Beryl nunca se había formado en este tramo del año un huracán con tanta intensidad en el Atlántico.

¿Qué hacer entonces? El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) informó que están en alerta 24 de las 32 provincias del país. En tanto que Barahona y Pedernales se encuentran en alerta máxima debido a los efectos indirectos del huracán.

Una vez más la población debe mantenerse informada de todos los pormenores sobre el huracán Beryl, ya que la prudencia, la precaución y la obediencia, según aconseja el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), servirá para que los efectos del fenómeno afecten de manera mínima al país. Afortunadamente no hay información de pérdidas humanas.