Sébastien, un hombre belga, ha pedido la eutanasia por no soportar ser homosexual. Dice que es la única solución y que replantearía su decisión si alguien le diera algún tipo de “cura milagrosa”.
Después de 17 años de tratamiento terapéutico, una infancia difícil con una madre con demencia y una estricta ética católica, dice que está “muy agotado” y que no teme que le pongan “el goteo en el brazo, ya que solo es una especie de anestesia”.