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Béisbol en República Dominicana: Pasión, negocio y estadios en pésima condición

José Miguel de la Rosa Por José Miguel de la Rosa
Béisbol en República Dominicana: Pasión, negocio y estadios en pésima condición
El estadio Quisqueya Juan Marichal, uno de los más importantes del país, también está en condiciones precarias, tanto en el terreno como en sus instalaciones.

Santo Domingo.-Jugar pelota es lo más normal para los niños y jóvenes de República Dominicana, lo que se evidencia en cualquier esquina donde se improvisan espacios para jugar a modo de diversión, mezclados hembras con varones, grandes y pequeños.

Debido a que el juego ha ido pasando de la diversión a un lucrativo negocio, miles de niños en todo el país están siendo impulsados como pollos de granja, acelerándoles el desarrollo para convertirlos en productos negociables.

Aunque algunos tienen la oportunidad de practicar en estadios en buenas condiciones porque son privados, los que se desarrollan en los “pley” públicos, lo hacen en espacios precarios.

Y es que una vez los estadios son entregados por las autoridades gubernamentales o municipales, sólo se les da uso sin el debido mantenimiento, y no sólo se utilizan para practicar béisbol y softbol; también se realizan actividades comunitarias, políticas y religiosas, por lo que al paso del tiempo, los terrenos y las infraestructuras se van deteriorando, hasta llegar a daños mayores, como baños inservibles y sin agua; dogout en condiciones no aptas para albergar a los jugadores; verjas y paredes cayéndose, entornos contaminados y terrenos deteriorados.

El estadio de Pantoja tiene deterioro progresivo en todas sus áreas.

Esto es una condición que se extiende al nivel nacional, incluso, algunos de los estadios del Centro Olímpico no están en las mejores condiciones, mientras que en las provincias es peor, porque muchos están abandonados.

El mantenimiento de esos campos públicos se ha convertido en un desafío permanente debido a su uso intensivo y la falta de tiempo para su conservación.

Según explica Charlie Mateo, (Liga Pepe, estadio José Francisco Peña Gómez, Arroyo Hondo), en muchos de estos espacios deportivos se realizan prácticas y juegos de manera continua, desde la mañana hasta la noche, lo que dificulta su adecuado mantenimiento, y a pesar de los esfuerzos por conservarlos en buenas condiciones, el desgaste es inevitable.

“Por más mantenimiento que se quiera dar, siempre habrá problemas. Se rompen estructuras, los jugadores a veces no hacen uso adecuado de los baños y también ocurre el deterioro de las mallas, ya que se utilizan para prácticas de bateo, de manera incorrecta”, señaló.

La falta de mantenimiento y el uso continuo causan daños a las estructuras.

Otra opinión es de William Núñez, quien lamenta la condición en que se encuentran los estadios de béisbol públicos en Santo Domingo Norte, que la define como sumamente deplorable.

“Podemos iniciar con el «pley» que está en la misma entrada de Villa Mella, frente al Polvorín, en el mirador Norte, que muy raras veces recibe una intervención. En Guaricano no existe uno que se pueda ver, todos parecen solares baldíos. Seguido del estadio José Coco (Pangole), en Villa Carmela, el cual los alcaldes visitan previo al juego de estrellas que se celebra allí cada día de reyes, pero luego de ahí, es abandonado”, expresó.

También señala el estadio de La Victoria, hogar que construyó el fenecido Anselmo Chalas (Viva), el cual luce peor que una pocilga.

Estadio Quisqueya
Siendo República Dominicana el segundo país con mayor presencia de jugadores en las Grandes Ligas, el país no cuenta con un estadio a la altura de montar eventos de magnitud.

Una muestra de esto es el mal estado en que se encuentra el Estadio Quisqueya Juan Marichal.
Actualmente el vetusto parque situado en el ensanche La Fe presenta significativos daños en el terreno de juego, gradería y en su parte externa.

Uno de los factores que ha generado grandes daños a “El Coloso del ensanche La Fe” son los conciertos que se realizan allí de manera regular.

Grandes series

—Dificultad
La falta de un estadio en mejores condiciones ha imposibilitado que el país pueda acoger una Serie del Caribe al estilo Miami. Como si fuera poco, será después del 2028 que ese evento retorne a Dominicana.

*Por José Miguel de la Rosa/Bienvenido Carmona Jr.

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