Simón Antonio Campos, Comandante de Armas de Bayaguana, declara ante el Alcalde Ordinario, su resolución de casarse por la iglesia con Eduviges Contreras.
El archivo producido por la Alcaldía Real de Bayaguana es una fuente inagotable para reconstruir historias personales, institucionales y locales.
Como muestra se puede tomar un artículo publicado en esta columna, titulado «Matrimonios y familias durante el siglo XIX», que destaca el valor otorgado en la época colonial a las promesas de matrimonio.
De la misma forma, el archivo de Bayaguana sirve para que esas historias sean ampliadas a los fines de responder interrogantes sobre el desenlace que tuvieron algunas de las referidas promesas.
Uno de los casos citados en el referido artículo es el del comandante de armas de Bayaguana, Simón Antonio Campos, quien se comprometió en el año 1860 a casarse con Eduviges Contreras.
Sobre el Archivo
El Archivo de Bayaguana fue producido por la Alcaldía de esa jurisdicción, fundada en 1606 por el gobernador Antonio Osorio.
Estuvo a cargo de los alcaldes ordinarios, escribanos de Cabildo y regidores en la época anterior a 1800; de la Junta de Notables durante la era francesa; de los alcaldes ordinarios y sus regidores o de los alcaldes constitucionales y sus secretarios en el periodo de la España Boba; y de los Jueces de Paz y sus greffiers bajo la dominación haitiana. Desde la independencia de la República pasó a manos de los alcaldes constitucionales en funciones de notarios.
El Cabildo estaba compuesto de dos alcaldes ordinarios, un alguacil mayor y dos regidores, que administraban cuestiones de orden político general, gobierno municipal, asuntos económicos, población, policía urbana y de índole cultural.
Como afirma la historiadora María Ugarte, la ausencia frecuente de escribanos públicos y reales en la ciudad de Bayaguana obligaba a los alcaldes ordinarios a ejercer el oficio de Juez Cartulario, ante quien se otorgaban las escrituras judiciales. Esto da al archivo un carácter mixto de protocolo notarial y fondos de municipio, lo que le confiere un interés extraordinario para el estudio de diversas materias.
El documento más antiguo es un Acta de sesión del Consejo de Bayaguana, donde hacen la elección del Alguacil Mayor, de fecha 1 de diciembre de 1606. El más reciente es del 10 de octubre de 1920 y se trata de una lista de los actos notariales que se encuentran depositados en ese archivo.
Contiene escritos emitidos por los poderes centrales, tales como Reales Provisiones de la Audiencia como Tribunal de Apelación, decretos de los Gobernadores y Capitanes Generales de la Isla, disposiciones de Juntas de Hacienda o Electorales, entre otros.
Este archivo es un recurso imprescindible para estudiar aspectos concernientes a la esclavitud, la cotidianidad de la comunidad, las litis que llegaban hasta la Alcaldía, así como diversos aspectos relacionados con agricultura, ganadería, ventas de propiedades, hipotecas, construcciones, testamentos, cartas de dote, poderes, donaciones y una serie de materias interesantes sobre el devenir de nuestro país durante más de tres siglos.
Cumplió la promesa
Al extender la búsqueda de documentos concernientes a Simón Antonio Campos y Eduviges Contreras en el Archivo de Bayaguana, se localizan varios expedientes de transacciones realizadas por la pareja.
Existe una donación otorgada por ambos esposos, el 15 de julio de 1881, en favor de Roque Ventura, a quien entregaron una porción de terrenos por un valor de cincuenta pesos en la sección de Mata Santiago. Según el documento, lo hicieron en agradecimiento a Roque por haberse criado en su casa y para recompensar los servicios que de él habían recibido. El documento se registró bajo la firma del alcalde constitucional Marcelo Alburquerque.
Otro acto fue firmado por ambos esposos el 6 de septiembre de 1896 ante el notario José Antonio Martínez. Se trata de una venta de terrenos por valor de 426 pesos en el sitio de Dajao a favor de Rafael D. Campos.
El 24 de mayo de 1893, José Antonio Martínez, alcalde de Bayaguana, hace constar que Eduviges Contreras, con la autorización de su esposo Simón A. Campos, vendió al ingeniero José Eleuterio Hatton, natural de Cuba, 200 pesos de terreno en los sitios de Haití Mejía.
La pareja también aparece en un registro del año 1904, relativo a una venta de terrenos en los sitios comuneros del Hato de San Francisco y Mata Santiago. En este caso, autorizada por Antonio Contreras y Simón A. Campos en representación de sus señoras Joaquina y Eduviges Contreras. El comprador fue Carlos Polanco y el acto fue firmado por Antonio Martínez, primer suplente de la Alcaldía en funciones de notario público.
De la Ocupación, 1916
Documentos conservados por el Archivo General de la Nación en el Fondo Gobierno de Ocupación Norteamericana (1916-1924), muestran que en algún momento, Simón A. Campos alcanzó el rango de general. Así consta en un expediente del 28 de septiembre de 1918, que contiene la recomendación del general Campos para que fuera creado un cuerpo policial con la finalidad de capturar bandidos, en referencia a los denominados «gavilleros» que enfrentaban a las fuerzas de ocupación.
En otro expediente del mismo periodo aparece la información suministrada por el general Simón A. Campos de que bandidos (gavilleros) penetraron e incendiaron una finca de su propiedad.
Archivo
— General
Simón Antonio Campos alcanzó el grado de general, como lo evidencian documentos del Archivo General de la Nación en el Fondo Gobierno de Ocupación Norteamericana (1916-1924) en los que pide un cuerpo policial.
*Por JOSÉ M. VÍLCHEZ
(SUBDIRECTOR DEL AGN)